Medio: Página Siete
Fecha de la publicación: domingo 28 de julio de 2019
Categoría: Procesos electorales
Subcategoría: Elecciones nacionales
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La semana que concluye, los partidos presentaron a sus candidatos y dieron a conocer sus programas. La bandera a cuadros está levantada.
Pero eso es tiempo pasado, ahora el MAS quiere recuperar la risa y, por qué no, disfrutar de la felicidad, tal como lo plantea en su programa de gobierno. Y, en ese marco, ha presentado como candidata a primera senadora por Santa Cruz a María Renée Liévana, una comediante conocida por interpretar el papel de “Estefani Brillit”. Y, con eso ha dejado al país con la boca abierta, no precisamente por la carcajada que ha causado la noticia.
En las pocas entrevistas que ha dado, Liévana ha querido mostrarse como una mujer de pocas palabras y ninguna risa, contradiciendo así al ministro de la Presidencia, Juan Ramón Quintana, quien ha admitido que la candidatura de Liévana busca generar humor y atracción. “Hay que trasladar el humor a la política”, ha señalado, según un reporte de Correo del Sur, para luego agregar que “una política seria y solemne no genera atracción”.
El MAS, que antes conquistaba electores con un discurso socialista, indigenista, ecologista y antiimperialista, ahora quiere hacer cosquillas a sus electores para que, en medio de tanta alegría, voten por el presidente Evo Morales.
En la otra vereda electoral el candidato Carlos Mesa, de Comunidad Ciudadana (CC), ha presentado una lista de candidatos serios, algunos casi solemnes. Muchos de ellos son académicos, otros tantos son activistas y no faltan los representantes de sectores sociales, como los indígenas del Tipnis. Mientras que el candidato Óscar Ortiz, de Bolivia dice No (BDN), ha apostado por los cuadros de Demócratas, entre otros. En estos dos frentes no están para risas.
Así las cosas, en Santa Cruz la pugna senatorial será entre la comediante Liévana (MAS), la comunicadora Vania Sandóval (CC) y el diputado Tomás Monasterios (BDN). Habrá que ver si la risa o la seriedad jalan más votos el 20 de octubre.En la foto de la felicidad del MAS no podían faltar los empresarios que, de ser los enemigos del proceso de cambio, pasaron a ser afines al Gobierno. No todos, claro está. En la lista de candidatos figura el empresario potosino Orlando Careaga, quien fue parlamentario de los más vilipendiados neoliberales, como son Goni y Tuto. Este y muchos otros empresarios han sido los felices beneficiarios de las jugosas utilidades durante la bonanza económica de los últimos años.
Si bien el MAS quiere divertir al electorado, no toda la lista está para la risa. Hay algunos cuadros que en vez de atraer votantes es probable que los espanten. Jesús Vera, el dirigente de la Fejuve masista que puso en jaque al alcalde Luis Revilla, es el máximo representante de esta corriente.
No es el único. Todos aquellos que hicieron un duro trabajo para entorpecer la gestión de los opositores son los felices premiados en las listas del MAS. La candidata a primera senadora por Cochabamba Rocío Molina es una de ellas. Eso, al margen de la responsabilidad que pueda tener el exalcalde José María Leyes en la compra de mochilas escolares con sobreprecio, la que será determinada por la justicia.
Pese al evidente mensaje de felicidad, el presidente Evo Morales parece no haber disfrutado de la confección de la lista, pues declaró que fue “un sufrimiento”. Como premio consuelo anunció que aquellos que no entraron en las listas de las elecciones generales, ingresarán en las regionales.
Entre risa y sufrimiento, el MAS fue el primero en presentar su lista de candidatos ante el Tribunal Supremo Electoral (TSE). Los demás llegaron por la noche, apurados y arropados por sus entusiastas seguidores. El que no apareció, ni siquiera para captar cámaras, fue Carlos Mesa. Prefirió la solemnidad de un salón para presentar a sus candidatas mujeres en Santa Cruz la semana pasada.Con la inscripción de candidatos coincidió el inicio de la campaña electoral en espacios públicos. En ese afán tanto Morales como Ortiz iniciaron una gira nacional presentando a sus candidatos al Legislativo.
En cambio, Carlos Mesa optó por presentar su programa de gobierno, con el acento puesto en la investigación que hará de la corrupción y las violaciones a los derechos humanos cometidas en el gobierno del MAS.
Luego, como ya se hizo costumbre, salió a caminar por calles, mercados y terminales, siempre solo, sin barra brava, sin banderas, sin petardos; pretendiendo que es un ciudadano como los demás.
Pese a los esfuerzos del MAS por instalar la felicidad en esta campaña, está claro que no todos están felices. Los opositores están enojados porque el MAS goza de los recursos y la logística del Estado para hacer proselitismo, mientras que ellos deben recurrir a los recursos propios. Así que esta campaña será feliz para algunos y seria para otros.