Los partidos políticos ya ‘pusieron toda la carne en el asador’, con la entrega de la lista de sus candidatos al Parlamento y su plan de trabajo. En otras palabras, desde ahora hasta el 20 de octubre, todas las candidaturas pondrán un esfuerzo mayor o bien posiblemente arriesguen algo con tal de lograr un objetivo, dando hasta lo último lo que pueda dar con tal de alcanzarlo.
Los candidatos buscan manejar el poder, aunque primero deben ganar las elecciones y estarán en ese empeño, ofertando de ahora en adelante lo que pretenden hacer en función de gobierno.
Ya está el plan de gobierno y deben ejecutar su difusión, para capturar la atención de los votantes y con ello garantizar su voto. No es tarea fácil, porque deben hacer interesante la propuesta para lograr el preciado voto.
Existen nueve propuestas de gobierno y explicarlas punto por punto es una labor faraónica, pero que también puede ser insulso en algunos casos. De allí que los estrategas políticos deben aprender a apuntar a los temas que capturen la atención y son los que tienen que ver con el bienestar del soberano. Es decir, el electorado quiere saber los beneficios directos que tendrán de las candidaturas, para definir su voto. 
Se quiere la visión clara y concreta sobre políticas sociales, a partir de la ideología dominante de sus candidatos. La explicación debe ser ágil y sencilla, ya que no se entiende resultados o efectos de la macroeconomía sobre ellos.
Los candidatos deben pensar en los jóvenes, aquellos que por primera y segunda vez acuden a las urnas. Ellos tienen interés en la educación y la garantía del empleo para los nuevos profesionales y desde esa perspectiva, buscarán a quienes hagan realidad esos problemas.
No es tarea fácil para los que buscan votos.