Medio: La Razón
Fecha de la publicación: lunes 05 de marzo de 2018
Categoría: Procesos electorales
Subcategoría: Elecciones nacionales
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Con la mirada puesta en octubre de 2019, las probables candidaturas del binomio presidencial agitan el debate político. En la vereda del MAS-IPSP se tiene certeza y convicción sobre la reelección del presidente Evo Morales. Para el oficialismo, el debate sobre su habilitación está saldado. Las diferencias apuntan, hoy, a la candidatura vicepresidencial: no voy, dice García Linera; un obrero, demanda la COB; una mujer, piden las “Bartolinas”; alguien del entorno palaciego, suspiran varios; y así.
¿Qué pasa en la vereda de las oposiciones? Sus banderas públicas no se baten puertas adentro, sino en el objetivo común de exigir el respeto al resultado del referéndum del 21 de febrero. Esto es impedir que Evo esté en la papeleta de votación. Tal es la premisa. En el discurso, pues antes que pensar en candidaturas, el objetivo es “defender la decisión del soberano en las urnas”. Sus cartas son conocidas: movilización callejera, presión mediática, demandas al TCP, consultas a la CIDH, guiños al TSE.
Pero mientras busca inhabilitar a Morales, la vieja oposición (como anuncia el partido del gobernador Costas) se prepara para hacerle frente en los comicios. También lo hacen otras fuerzas más nuevas como Sol.bo, que busca adherentes para dar el salto a la arena nacional. Y en ello está asimismo el jefe empresario de UN, que fantasea otra vez —encuestas mediante— con ser el candidato de un frente de unidad. Sería una ingenuidad, además de error político, que la oposición no hiciera tal cosa.
¿Y las plataformas ciudadanas, que con ímpetu virtual impulsaron el paro cívico y las concentraciones del pasado 21 de febrero? La mayoría sostiene dos principios: ningún vínculo con “los partidos y líderes tradicionales”, y ninguna intención de conformar partido. Por ahora, pues, no se sienten representadas en los partidos existentes y, al mismo tiempo, no buscan autorrepresentarse electoralmente. Claro que más de uno, sin declararlo todavía (como el señor Albarracín), aspira a candidatear.
Lo que hoy son candidaturas precoces, o amago de ellas, se irá tornando en necesidad política mientras más se acerque 2019, año electoral en forma. Y con la convocatoria a elecciones la exigencia decisoria no solo apuntará al binomio presidencial, sino también a las otras candidaturas, alianzas, programas de gobierno, campañas. Así, a reserva de la querella sobre la repostulación del presidente Evo, las señales opositoras sobre candidaturas expresan tanto apremio como falta de realismo político.