Medio: Página Siete
Fecha de la publicación: miércoles 24 de julio de 2019
Categoría: Procesos electorales
Subcategoría: Elecciones nacionales
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El primero, el extraordinario boom de los precios de las materias primas; si los “neoliberales” gobernaron con el precio del barril del petróleo a 12 dólares, en estos años el precio del barril alcanzó a 100 y recién bajó a 60; de otra parte, también los precios de los minerales llegaron a topes nunca antes vistos. Todo eso permitió que las exportaciones pasen de 1.000 millones de dólares a 14.000 millones, aunque, ahora, acabado el boom, están cerca de 8.900 millones. Es el efecto precio lo que explica esa inmensa subida de las exportaciones, pues las mismas en volumen permanecieron en montos casi iguales a los del pasado. ¿Buen gobierno o buena suerte?
El segundo capital a favor del MAS ha sido la división, la dispersión de la oposición, la debacle de los partidos políticos. Los opositores, en gran medida, se han ocupado de lidiar entre sí, sin enfrentar a un gobierno que ha sido marcado por la corrupción, el autoritarismo y la violación de la Constitución y de las leyes. Cada partido opositor ha esgrimido discursos de unidad, pero sólo son palabras que nunca han tenido un correlato de acciones prácticas para generar la unión de las fuerzas opositoras.
Las agrupaciones ciudadanas también poseen discursos sonoros sobre la unidad, pero cada una de ellas quiere la unidad en torno a su partido o líder preferido. Cada partido opositor y cada agrupación ciudadana se esmera en hacer críticas a quienes podrían ser viables para lograr la unidad o, por lo menos, la concentración del voto opositor.
Es inmensa la cantidad de peros que ponen contra quienes podrían enfrentar de manera viable a un gobierno que no tiene sueños de desarrollo, sino cuyo único norte es de mantener el poder para manejarlo de manera prebendal, como lo hizo en estos 13 años. Da la impresión de que nadie ha asimilado la experiencia venezolana, pues en ella el poder, primero de Chávez y luego de Maduro, se basó en la división de la oposición
El bien mayor en la política actual en Bolivia radica en recuperar la democracia, evitar que el autoritarismo se convierta en dictadura, pero para lograr ello se requiere capacidad de renunciamiento para abrir las puertas de una lucha viable contra el monopolio del poder. Si los partidos de oposición, si las agrupaciones ciudadanas y los ciudadanos son ganados por la mezquindad; entonces, todos ellos habrán despejado el campo para que el autoritarismo se quede en el poder.
Hay políticos que parecería que han perdido el sentido común, muchos de ellos no llegan al 1 o 2% de preferencia electoral, pero dicen que les va excelente. No, no les va excelente, le va excelente al MAS, que cosecha victorias por la dispersión del voto. El único beneficiario de la dispersión es el MAS, no la democracia.
La paradoja de un gobierno de “izquierda” es que sus aliados principales son los militares y la burguesía agropecuaria de oriente. La CAO, la Cainco, la Anapo han sido las favorecidas por las políticas del gobierno y, claro está, que esa burguesía oriental lo que busca es mantener al MAS en el poder, por ello mismo, impulsa la dispersión del voto para que Morales sea el victorioso de octubre.
Jaime Paz, con todo lo que se le pueda criticar, tuvo un acto de grandeza al renunciar a su candidatura. Acto más profundo que ése es la renuncia a su candidatura vicepresidencial del senador Edwin Rodríguez. Habrá muchos que busquen razones ocultas para explicar esa renuncia, pero lo que queda claro es lo que él afirmó en su carta: que su candidatura dispersa y divide el voto de la oposición, y así abre las puertas del triunfo a Morales.
Aunque haya una tendencia antipolítica, hay que reconocer que algunos políticos tienen la ética necesaria para decir que siguieron un camino equivocado. El senador Rodríguez tiene toda la razón, la división del voto opositor sólo favorece a Morales. Santa Cruz es clave en esta elección, si se imponen la CAO, Anapo y Cainco dispersando el voto, y buscando su beneficio grupal, que se lo da a manos llenas el MAS, ellos serán los responsables de la eternización del autoritarismo.
Carlos Toranzo Roca es economista