Medio: El Día
Fecha de la publicación: lunes 22 de julio de 2019
Categoría: Debate sobre las democracias
Subcategoría: Democracia directa y participativa
Dirección Web: Visitar Sitio Web
Lead
Contenido
La democracia es una forma de gobierno que según la CPE de Bolivia se ejerce tomando en cuenta la participación del pueblo en los asuntos de Estado (democrática), participativa-representativa y comunitaria. Sin embargo, la democracia no será democracia si no se funda en el constante mejoramiento económico, cultural y social del pueblo porque se constituye en una acción civilizatoria para que el poder legal no degenere en poder tiránico, abusivo, arbitrario y en persecución sañuda violando los derechos y garantías constitucionales, ni corrompa al gobernante ni a su círculo palaciego de esbirros, adulones y seudopatriotas. La democracia para ser tal, necesita de demócratas convencidos y defensores inclaudicables de las libertades y derechos fundamentales y de la unidad en la diversidad.
Por eso, se necesita también, de verdaderas políticas de Estado de bienestar general y fortalecimiento de las instituciones y de sus representantes con estricto cumplimiento de la ley. Muchos países viven en islotes democráticos imperfectos siempre en el filo mortal de su destrucción porque priman los intereses individualistas sobre los colectivos. Esto hace que, vivamos tiempos aciagos y de rompimiento del imperio de la legalidad porque lo ilegal lo transforman en legal y lo injusto en justo de acuerdo al color camaleónico y los beneficios furtivos del partido gobernante y de sus esbirros que sólo son bribones que actúan a hurtadillas y al margen de la ley.
El Estado de Derecho en todos los países, necesita de verdaderos gobernantes y no santurrones políticos para ejercer el gobierno más la buena voluntad de servir al pueblo sin distinciones ni favores de ciertos grupos en desmedro de otros porque la lucha de los contrarios será evidente y convulsionará un país determinado. Siempre el Estado de Derecho debe tener superioridad política, y, convivir con la democracia porque el valor ético y moral es imprescindible en el ejercicio de todo buen gobierno. Es sabido que, la razón y la cordura humana han gestado la creación de la democracia, y los que fallan en su dirección y aplicación son los seres humanos que la hieren mortalmente y se creen el ¡Ave César romano! Toda institución creada por el hombre es falible pero es susceptible de perfeccionarla cuando se abre el espíritu de racionalidad y cordura. Los césares de la decadencia como diría Vargas Vila no pueden mancillar la ley ni destruir los derechos humanos.
Las buenas acciones, la lucha del pueblo ante el poder ignominioso y el respeto al imperio de la legalidad, son los últimos bastiones con que cuenta el pueblo para prevalecer y defender sus derechos frente a la osada tiranía que trata de resquebrajar los límites del poder soberano e implantar la fuerza bruta de mentes trogloditas al margen de la ley al conducirse por mandatos arbitrarios de su obtusa conciencia.
Considero que el cumplimiento de la ley, el principio de legalidad y el nuevo constitucionalismo que habla de derechos progresivos, son los pilares democráticos para que la democracia subsista y no se vaya al abismo por el ímpetu salvaje de aventureros que por un arrebato mental la quieran manipular a su gusto y capricho cercenando las esperanzas de mejores días de existencia.
La democracia hay que cultivarla porque no se agota en procesos electorales nacionales y subnacionales, ni en la formación del poder público, sino que tiene que tener frenos y contrapesos para ponerle término al ejercicio de cualesquier gobierno y el respeto a los derechos fundamentales. Jamás el servidor público debe violentar los derechos humanos. Los sistemas de gobierno no deben ser aberrantes ni discriminatorios. Necesitamos mejor funcionalidad de la norma existente y quienes la apliquen que sean probos, dignos y consecuentes si no ¡Quién salva al pueblo de degenerados mentales y políticos de horror cuyo cadalso está vaticinado y preparado por el mismo pueblo!