Medio: El País
Fecha de la publicación: jueves 18 de julio de 2019
Categoría: Representación Política
Subcategoría: Escaños
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¡Siempre estuvimos listas!… quien no lo vio antes no fue porque nunca estuvimos ahí, la incursión de la mujer en la vida pública es sin lugar a duda una lucha de años contra las barreras que los cautiverios a los que han sido sometidas van debilitándose, sin embargo, estos son nuevos tiempos, con aires de esperanza que impulsan a las mujeres a seguir luchando por romper la vieja estructura de la sociedad, una sociedad donde los roles asignados la calificaban por lo buena o mala madre y esposa.
Ante esta nueva coyuntura no podemos dejar de destacar que la participación política de las mujeres ha crecido notablemente, para las próximas elecciones nacionales de octubre la presentación preliminar de listas de candidatos esta prendada de rostros femeninos en franjas de seguridad y titularidades en su casi mayoría, por lo que podemos adelantarnos a indicar que las cámaras, alta y baja de nuestro Parlamento, se caracterizan por contar con rostros de mujer.
Este es otro espacio legítimamente conquistado, en la última década la representatividad es mayoritaria, las movilizaciones por una participación equitativa y paritaria han dado resultado, tanto así que la Organización de las Naciones Unidas (ONU MUJERES) en su último reporte destaca que Bolivia alcanzó uno de los mayores logros de representación femenina en el Parlamento legislativo en cuanto a escala mundial, situándonos en el segundo país del mundo en representación.
Como apunte podemos resaltar que en la Asamblea Legislativa las mujeres tienen una participación mayoritaria, como referencia podemos destacar que el en la cámara baja, es decir Diputados el 51 % son mujeres, en tanto en la cámara alta, Senadores representamos el 44%, datos que sin lugar a duda nos colocan a la vanguardia de un proceso que avanza a paso firme.
Hoy podemos reflexionar sobre esta movilización, afirmando que, no sólo va encausada a buscar la equidad dentro de lo doméstico o en nuestro entorno íntimo, sino que esta cruzada ahora está en lo público y lo político, luchar contra la violencia machista de hombres y mujeres dentro en nuestros espacios laborales, o por lograr el mismo derecho y acceso al manejo y ejercicio del poder, luchar porque en los espacios que conquistemos nos den la oportunidad de demostrar nuestra capacidad como mujeres para poder ejercerlo y tomarlo sin prejuicio ni distinción por nuestro sexo.
La construcción de nuevos pactos de convivencia es una de las tareas que hoy nos convocan como sociedad, y no podemos hablar de desconocimiento, esto sería entendible, pero cuando se conoce y se ignora estamos frente a una estructura patriarcal que no nos permite avanzar, más al contrario afecta no sólo a nuestra integridad como mujeres, sino a el desarrollo de pueblos que buscan mejores tiempos, Estos avances en la representación política forman parte de la construcción de la ciudadanía de las mujeres dentro de un sistema político con una estructura de poder hasta hoy totalmente patriarcal.
Con el ejercicio del derecho político de las mujeres de participar en los poderes públicos y con la reconfiguración del sistema de representación política, surgen nuevos retos, de ellos podemos resaltar el aporte a la construcción de una democracia paritaria, donde la igualdad de condiciones entre hombres y mujeres en un nuevo sistema despatriarcalizado y descolonizado que logre revertir las condiciones actuales de desigualdad política.
Es grande nuestra expectativa como mujeres, el sentir que nuestra lucha está logrando resultados, en tiempos donde la violencia hacia las mujeres y los crecientes casos de feminicidio registrados en este primer semestre nos alarman y han enlutado al país, estamos convocadas a seguir trabajando porque nuestras reivindicaciones tengan eco, por ello puedo asegurar que estamos ¡listas para las listas!