Medio: ERBOL
Fecha de la publicación: miércoles 10 de julio de 2019
Categoría: Debate sobre las democracias
Subcategoría: Repostulación presidencial / 21F
Dirección Web: Visitar Sitio Web
Lead
Contenido
Adultos y jóvenes, parapetados en las bocas de las calles, armaron bloqueos por si alguien intentaba moverse en su vehículo. En las carreteras troncales: camiones parados a los que la madrugada la ciudad los esperó con sus puertas cerradas.
En el último semáforo que tiene Santa Cruz en la avenida Virgen de Cotoca, una mujer encendió su brasero, bien temprano, encima de una carretilla. Ahí mismo hizo una chanfaina con las entrañas de una vaca que seguro compró la noche anterior: manjar inesperado para los primeros caminantes que utilizaron el día para disfrutar la ciudad sin el tormento de los motores. Ayer, Santa Cruz fue tomada por las bicicletas. Las familias salieron montadas en ellas, los niños pequeños bajo la atenta mirada de los padres y los jóvenes armaron caravanas que a ritmo de paseo transitaban como si el día fuera a ser eterno.
En la plaza 24 de Septiembre organizaron una “pedaleada” en defensa del 21-F y por las calles de la ‘Santa Cruz la vieja’, los ciclistas se daban el gusto de descansar bajo los corredores o las sombras de los árboles. En los grandes mercados de la ciudad, entre ellos, los céntricos La Ramada, Abasto y Los Pozos, la mayoría de los puestos de venta permanecieron cerrados y el movimiento fue casi nulo.
En el antiguo Abasto, a primeras horas se vio algunos locales de venta de productos cárnicos y de verduras abiertos, pero con poca afluencia de compradores. Juan Marcos Choque vende verduras. Indicó que pasó la noche en el mercado con la intención de poder airear sus productos y de paso vender lo que se pueda, pero hasta las 10:000 no había tenido compradores. Entretanto, en los hospitales públicos atendieron solo los casos de emergencia, la mayoría de los cuales fueron pacientes que llegaron asistidos por los servicios de ambulancias. Uno de ellos fue un hombre mayor que fue trasladado por una ambulancia del Sisme desde la zona de Avión Pirata hasta el hospital San Juan de Dios. El hombre había sufrido un paro cardiaco y tuvo que ser asistido de emergencia.
En dicho centro hospitalario, familiares de algunos pacientes tomaron sus recaudos ante el paro cívico y decidieron pasar la noche allí. “Tengo a mi esposo internado desde hace una semana en este hospital. Sabía que no habría transporte y por eso me quedé a dormir aquí”, contó María Torrico Campos. Doña Rosa Algarañaz (75) esperaba pacientemente el trufi que la iba a llevar desde el mercado Los Pocitos, en el corazón del Plan Tres Mil, hasta el barrio Juancho, detrás del vertedero de Normandía, cargando detergentes, pan y otros comestibles que acostumbra revender en su zona. La mujer indicó que el paro cívico no la detuvo porque cada día debe buscar cómo ganar dinero para comer.
Ese fue el argumento que daban todos los comerciantes consultados en los mercados Los Pocitos, Modelo, Guapurú y Urkupiña, en el Plan Tres Mil; así como Coarcos y San Juan, en la Villa Primero de Mayo; y Fortaleza y Nuevo Palmar, en Los Lotes, donde casi todos los puestos estaban abiertos, lo único que faltaba eran los clientes.