Medio: Ahora el Pueblo
Fecha de la publicación: miércoles 10 de julio de 2019
Categoría: Procesos electorales
Subcategoría: Elecciones nacionales
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En las últimas horas, el candidato presidencial Carlos de Mesa dio un nuevo giro de 180 grados. En una entrevista con radio Compañera, el 26-02-2019, advirtió que no debatirá con Evo Morales ya que significaría reconocerlo. Sin embargo, el lunes pidió polemizar con el Jefe de Estado rumbo a las elecciones generales de octubre de 2019. ¿Por qué cambió de opinión en poco tiempo?
Hay al menos cuatro respuestas a esa interrogante:
Las últimas semanas fueron adversas para el candidato presidencial de Comunidad Ciudadana (CC). Primero, el 30-06-2019 su entonces vocero, Diego Ayo, dijo al periódico Página Siete que CC se aproximaba a recaudar $us 10 millones para su campaña, que ese dinero provenía de aportantes y quermeses; que en su partido hay un “toma y daca, nada es gratis, todos te piden algo, desde puestos en el Parlamento, que es una disputa atroz”; y que hay mucha “desidia” e “improvisación”. Reveló también que Samuel Doria Medina “es tremendamente mezquino”.
Todas esas revelaciones cayeron como balde de agua fría a De Mesa, quien se presenta como apolítico y transparente, pero en realidad dirige una agrupación que recaudó una cuantiosa y oscura fortuna, enfrenta una disputa interna atroz y navega —en palabras de Ayo— en la “desidia” e “improvisación”.
Pero la mala fortuna del postulante de CC no se detuvo ahí. Enfrentó la renuncia de su vocero (y no hizo nada para defenderlo) y declaró que el monto de dinero para su campaña era “infinitamente” menor a los $us 10 millones. La presión mediática, política y las burlas de la ciudadanía mediante las redes sociales obligaron a CC a revelar su presupuesto de campaña: más de $us 7,5 millones (es decir, una cifra aproximada a la que mencionó Ayo).
En segundo lugar, días más tarde, De Mesa dio a entender que ofrecía a Chuquisaca un estudio para determinar la propiedad del pozo Incahuasi y 24 horas después negó esa posibilidad en Santa Cruz. Ese giro discursivo causó molestias en ambos departamentos. En tercer lugar, y por si fuera poco, su agrupación se alió al exprefecto Leopoldo Fernández (sentenciado por la Masacre de Porvenir, ocurrida en septiembre de 2008), según informó la senadora Carmen Eva Gonzales, pero de manera inmediata saltó SOL.bo, aliado de De Mesa, que rechazó dicha alianza.
Como cuarto ingrediente surgió un tuit de Erick Foronda, ex jefe de prensa de la Embajada de EEUU en el país, que dio cuenta de un estudio efectuado en las áreas urbanas y rurales que reveló que aumentó el apoyo a Evo Morales, disminuyó para De Mesa y subió levemente el respaldo a Óscar Ortiz, según el portal web La Resistencia. El tuit no menciona la fecha ni la naturaleza de dicho estudio.
Ante esta mala racha, el exvicepresidente de Gonzalo Sánchez de Lozada hizo su movida estratégica y buscó superar sus contradicciones y tomar la delantera política al proponer un debate con el presidente Evo Morales.
Al respecto, el lunes el ministro de Comunicación, Manuel Canelas, calificó el pedido como “un intento para recuperar la iniciativa después de una semana política negativa” y solicitó al candidato de Comunidad Ciudadana “ordenarse primero”.
“Si algo caracterizó al gobierno de Carlos de Mesa fueron sus vacilaciones y contradicciones. Ahora nos recuerda esa misma peculiaridad”, dijo Canelas.
Una revisión de prensa efectuada por este diario encontró al menos 16 contradicciones y vacilaciones del postulante de CC. Entre ellas se encuentran incoherencias referidas a su promesa de justicia para las víctimas de la Masacre de Octubre frente a su negativa de asistir como testigo clave en un juicio contra Gonzalo Sánchez de Lozada.
También se encontraron contradicciones sobre sus declaraciones respecto a su cuenta en el exterior y al dinero depositado en su cuenta por un ex jefe policial vinculado al narcotráfico, entre otras.