Medio: El Deber
Fecha de la publicación: lunes 08 de julio de 2019
Categoría: Procesos electorales
Subcategoría: Elecciones nacionales
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Estos días se dio a conocer que Carlos Mesa tenía un presupuesto para la campaña electoral de $us 10 millones, recursos que, en gran parte, disque, fueron recaudados en kermeses; circularon memes en las redes sociales, comentarios y hasta fotografías burlándose de la noticia, incluso a nivel académico se comentó que este candidato realmente era todo un intelectual ya que había transformado la teoría de la riqueza Keynesiana en teoría kermesiana.
Pero ¿cómo se financian las campañas? En Europa como en América, los continentes asiáticos y africanos, los sectores económicos industriales financian campañas de partidos políticos con el fin de “recibir favores” legales que les permitan desarrollarse, así tenemos que la campaña de Trump, fue financiada mayoritariamente por Renaissance Technologies, firma dedicada al ámbito financiero, coincidentemente para salvar la crisis económica de la construcción (burbuja de precios 2009), el Congreso Americano aprobó un fondo de más de $us 1.000 millones y “casualmente” esta firma fue una de las más beneficiadas.
Hay varios ejemplos. El último gobierno de Goni, en que se aprobaron varias leyes que beneficiaban la explotación minera, coincidentemente Goni era el mayor empresario minero.
En este sentido, las campañas de la mayoría de los candidatos deben estar ligadas a intereses económicos de sectores financieramente poderosos, que tienen su visión de desarrollo del país, podríamos citar que el sector exportador tendrá “su candidato” que respalde por ejemplo una política económica que involucre devaluaciones del boliviano, lo cual beneficiaria en gran manera a este sector y así cada quien tendrá y defenderá sus intereses que, según ellos, van en paralelo a la visión de desarrollo. A nivel internacional también existen intereses económicos, un ejemplo son los Demócratas Cristianos, los cuales tienen un fondo con el cual apoyan a ciertos partidos de su línea, también está el Partido Liberal norteamericano que según se supo financiaba al extinto ADN, y varias instituciones internacionales de izquierda, centro y derecha.
El actual contexto internacional, con el enfrentamiento comercial entre China y EEUU, también genera intereses político financieros; a EEUU le conviene un futuro gobierno nacional que rechace los vínculos comerciales y de cooperación con China, ya que “los malos ejemplos” son rápidamente imitados y la ubicación geopolítica de Bolivia genera el interés norteamericano de tener a nuestro país de su lado para fortalecer su enfrentamiento comercial contra el gigante asiático. En este contexto el “ayudar a financiar” una candidatura presidencial que les favorezca con $us 30.000 o $us 50.000 millones es como quitarle un pelo a un gato.
A nivel regional, el ser un país limítrofe con Argentina y Brasil causa expectativas políticas y económicas de estos gigantes, ya que un gobierno boliviano de características liberales les convendría. No es descabellado expresar la posibilidad de que ciertos partidos políticos reciben recursos de países extranjeros y de sectores económicos nacionales.