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Medio: El País
Fecha de la publicación: lunes 26 de febrero de 2018
Categoría: Debate sobre las democracias
Subcategoría: Repostulación presidencial / 21F
Dirección Web: Visitar Sitio Web
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El vicepresidente Álvaro García Linera sostuvo que en el paro cívico del 21 de febrero de este año, convocado en respeto a los resultados del referéndum constitucional de 2016, se vio polarización en el país, incluso reconoció la “virtud” de las fuerzas opositoras de lograr “irradiarse a escala nacional”, pero dijo que no se trata de un “empate catastrófico”.
“Hay polarización, pero no hay empate catastrófico, que es una categoría gramsciana de crisis estatal, y debe tener tres requisitos”, refirió el vicepresidente al ser entrevistado por El Deber.
García dijo que para hablar de un empate, primero se requiere de un nuevo proyecto de Estado. Segundo, de una fuerza de masa, “y eso sí hay, se han movilizado, serán la cuarta parte de nosotros, pero lo hicieron, no se puede ser ciego frente a ello”. Y tercero, se debe contar con una estructura política con capacidad de liderazgo. “Solo tienen el segundo, por lo tanto, no hay empate catastrófico”, apuntó.
Remarcó que existe “indignación moral, más no proyectos de país”. “No hay un líder y una cabeza, están en competencia para saber quién será el candidato”, dijo. La autoridad destacó que se trata de una clase media movilizada, pero que marca su diferencia con las clases populares.
“Las fuerzas opositoras tuvieron la virtud de distribuirse nacionalmente, pero lo hicieron a riesgo de diferenciarse como clase media, y al hacer eso se distanciaron de lo popular, que fue agredido. La virtud de este 21F fue que volvió a tensionar un espíritu de cuerpo en lo popular”, indicó.
Identificó a la nueva clase media emergente como el objetivo en disputa para las próximas elecciones generales, segmento de la sociedad que se encuentra agremiada en las redes sociales. “Ese es el objeto de estudio y el escenario de la gran disputa política”. García aclaró que se trata de la nueva clase media que ascendió a ese lugar durante el gobierno del MAS.
“Es que en la clase media tenemos dos sectores: la clase media tradicional, de varios oficios, profesiones, propietarios, comerciantes, de profesiones prestigiosas, de ubicaciones y reconocimientos acumulados a lo largo de una o dos generaciones, y una clase media emergente creada por nuestro proceso. Según el PNUD, la clase media pasó de un millón a cerca de tres millones de personas, creció dos tercios”, refirió.
Entonces, agregó, ambos son clase media, “pero una es más tradicional, más conservadora, en cambio la otra, que ahora accede a puestos de trabajo, entró a la universidad, tiene un comercio, dos o tres minibuses, dejó lo popular”.
Explicó que la madre y el padre vienen del sindicato, del gremio, “pero su hijo ha ascendido, ya no tiene gremio. Este nuevo segmento de la clase media es el gran sujeto de la disputa política”.