El Tribunal Supremo Electoral, a través de uno de sus vocales, emitió conceptos muy claros sobre lo que debe caracterizar a los partidos políticos en el accionar pre-electoral y en el mismo proceso de octubre; son claras las expresiones que muestran cuál debe ser la conducta de los partidos y de los diferentes candidatos que terciarán en la campaña y en la realización de elecciones.

Es con miras a lograr un proceso transparente y contar con resultados ciertos, honestos y limpios, que el Tribunal Supremo incita a los partidos políticos y sus candidatos a un accionar en “conciencia”; en otras palabras, a obrar correctamente cumpliendo las normas que se basan en los textos constitucionales y en las leyes pertinentes. Se dijo textualmente: “Debemos ir avanzando. Es una actitud ética de quienes dirigen las organizaciones políticas, de quienes circunstancialmente están en el ejercicio del gobierno y son autoridades (…). En las reuniones queremos hacer que los partidos políticos se den cuenta de qué tan importante es el cumplimiento de la norma. Que no sea el juez que está con el martillo, sino un grupo de personas profesionales que están regulando la campaña y la propaganda quienes están invitando a que la cumplan”.

Al anunciar la realización de talleres de capacitación para las organizaciones políticas, se explicará los alcances de los reglamentos aprobados, para que puedan tomar conciencia sobre los actos proselitistas bajo los parámetros de las normas electorales. Se dijo que “el Reglamento de Propaganda y Campaña Electoral para el Referéndum Constitucional, aprobado por el TSE en noviembre de 2015, ordenaba que las transmisiones de entregas de obras del gobierno nacional y los departamentales no podían superar los 15 minutos de difusión. Además, que los actos de esta índole, donde participaban autoridades, solo deben ser publicados como cobertura informativa”.

Son claras las indicaciones del TSE, especialmente cuando llama a la “conciencia” de los partidos para obrar conforme a las normas y acatamiento de la Carta Magna; pero, valdría mucho que ese mismo propósito de cumplimiento sea aplicado a todos los partidos y candidatos sin distinción alguna y, además, que sea el propio TSE el que se atenga a las leyes y la Constitución y no acepte excepciones ni obre con favoritismos que desmerecerían el proceso electoral, empezando por las campañas, porque hay normas para no utilizar las obras realizadas por el gobierno en las campañas y las hay también para el desarrollo de la propaganda y la publicidad.

Es importante, desde todo punto de vista, que sea el TSE el que tome conciencia y dé cumplimiento estricto a las leyes y, dentro de ello, exprese, clara y terminantemente, quiénes pueden ser candidatos en los marcos de las leyes. Y es el propio TSE el que debe cumplir con normas que permiten o prohíben determinadas conductas; así, cualquier instructivo gozaría de equidad, imparcialidad y legalidad.