Medio: Página Siete
Fecha de la publicación: lunes 17 de junio de 2019
Categoría: Procesos electorales
Subcategoría: Elecciones nacionales
Dirección Web: Visitar Sitio Web
Lead
Contenido
La ciudadanía –organizada en plataformas y colectivos– y los partidos políticos, lograron poner en jaque al régimen. Con todos los elementos que debe reunir una acción política (causas movilizadoras, unidad, mística y organización) se consiguió frente al MAS, lo que parecía imposible: derrotarlo en las urnas, ganarle en la iniciativa política, ganarle en las calles, en el discurso y en los símbolos.
El 21F y el Bolivia dijo No, fueron discurso y símbolos que permitieron llenar calles y plazas en cada rincón del país para defender la CPE, para protestar contra la corrupción y despilfarro del régimen, para pelear por la falta de agua potable, para defender a los médicos, abrogar el código penal, proteger la democracia y el respeto el voto ciudadano.
La acción cotidiana e inteligente de los ciudadanos que usaron redes y medios logró bajar la aceptación de Evo de 65 a 35%. El 68% de la ciudadana se mostró no dispuesto a aceptar una nueva reelección del Presidente (encuestas Pagina Siete). La posibilidad de la victoria y un cambio de gobierno se instalaron en el imaginario ciudadano. Como nos confesaron fuentes cercanas al poder, a “Evo y su entorno, eso del “Bolivia dijo No” los tenía acorralados, porque era una sombra que se aparecía en todo lugar.
Era una consigna y símbolo muy poderosos porque movilizaban a la gente por todo y por nada. Al interior de palacio, la derrota era un escenario posible y crispaba los ánimos”. Sin embargo, el régimen tiene recursos para contar con los mejores asesores que diseñan escenarios políticos presentes y prospectivos. Así, su respuesta al acorralamiento fue sacar el as que tenía bajo la manga: convocó a elecciones primarias partidarias.
Esta movida magistral desubicó a las plataformas y a los partidos políticos. En las plataformas ciudadanas tuvo impactos diversos. A algunas les costó entender que la acumulación del 21F se había cualificado y había ascendido al ámbito de la disputa del poder, y que había llegado la hora de los partidos políticos más allá de que aún sean vientres de alquiler o no. Otras, en un oportunismo mal concebido, fueron a buscar alianzas con los candidatos.
Las mejor ubicadas, entendieron que lo de octubre de 2019 no era “otra elección más”, sino una simulación y que las tiranías no convocan a elecciones para perder. Por ello, lanzaron la consigna “o nos unimos o nos hundimos”. Estaban seguros de que la única forma para sacar al régimen del Palacio era seguir la ruta de la acumulación que había deslegitimizado al gobierno.
Había llegado la hora de que el legado de acumulación del 21F se convierta en alternativa y en poder, y no sólo en una bancada parlamentaria. Entre 2005-2015, la oposición, sumando los dos mejores segundos, obtuvo, en promedio, 56 asambleístas entre senadores y diputados. En votación, en 2005: Tuto y Samuel sumaron 35%, Evo, 53%. El año 2009: Manfred y Samuel, 31%; Evo 64%. En 2014: Samuel y Tuto, 33%; Evo, 61%. Sólo cuando apuntaron a un solo objetivo, el 21F del 2016, la oposición unida, ciudadana y política, logró más del 51%.
Carlos y Oscar (Carloscar) el legado del 21F que han heredado no es para que sólo conformen una bancada de 56 asambleístas. Para esta poquedad que se logró desde en 2005, lo que vienen haciendo, basta y sobra. Con vuestro actual accionar, los del régimen están agradecidos y saltando en una pata de felicidad. Es el escenario ideal porque les permite perpetuarse en el poder.
El legado del 21F entregado a ustedes es para, unidos, sacar al SSXXI, que está destruyendo todo vestigio de futuro democrático y de desarrollo. Está en sus manos, sentarse y poner, antes del 19 de julio, las bases mínimas de un gran acuerdo que devuelva a la gente, juntos, la esperanza y la certeza de un futuro. Unidad no es rendición sino el instrumento para movilizar a la ciudadanía tras una causa común. Separados, sólo lograrán que la tiranía se legitime. Con la unidad, la hundirán. El tiempo es ahora porque “la unidad no es una opción, es una obligación” (Leo F.).
Ivan Arias Durán es ciudadano de la República de Bolivia.