Medio: El Deber
Fecha de la publicación: jueves 22 de febrero de 2018
Categoría: Debate sobre las democracias
Subcategoría: Repostulación presidencial / 21F
Dirección Web: Visitar Sitio Web
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• Si bien el Gobierno sale con mejor estado de ánimo ante su militancia, ante la sociedad ha mostrado su rostro violento y con ello ha dejado el mensaje que no dudará en usar la violencia para defender el poder que ostenta. Pero esta demostración de fuerza antes que razón, en vez de recuperar confianza o credibilidad, lo aleja más de la sociedad, sin reacumular fuerzas.
En cuanto a probables escenarios futuros, se pueden mencionar los siguentes:
• La continuidad de las protestas buscando lograr el respeto al 21-F y el escalamiento de la tensión en el conflicto político. El escalamiento continuo de un conflicto desemboca en un ciclo de violencia, es decir, si no hay un movimiento en una de las partes para detenerlo, la violencia es inevitable. Los eventos sucedidos antes y durante el paro, hacen inferir que ninguna de las partes se moverán de sus posiciones, por tanto, la lucha política será cada vez más violenta, al menos desde el Estado.
• Las protestas continúan creciendo y el presidente es obligado a obedecer el resultado del 21-F. Este movimiento cambiaría radicalmente el escenario y la tensión bajaría súbitamente para pasar hacia una lucha política, al menos no violenta. Lastimosamente, despues del paro, este escenario, por el momento, es el menos probable.
• Los nuevos actores políticos movilizados construyen una propuesta política desde abajo, alternativa a la de los partidos tradicionales de la oposición, y promueven un nuevo liderazgo que logra posicionarse durante las protestas. Dependiendo de la consistencia del mensaje y liderazgo, este movimiento tendría posibilidades de enfrentar victoriosamente al candidato del MAS, que llegaría a las elecciones del 2019 desgastado y disminuido electoralmente. Si bien la probabilidad de este escenario también es baja, vendría a ser el ideal para las nuevas fuerzas sociales que están interpelando, tanto al MAS y su líder, como a los actores de los partidos tradicionales de la oposición. Vendría a ser una continuidad natural a la emergencia de los nuevos actores políticos desde la sociedad civil, que pasarían al campo político a conquistar el poder. Otra limitación para este escenario es la heterogeneidad de las nuevas fuerzas, cohesionadas solo para defender el 21-F.
Los escenarios más probables nos muestran que los próximos meses y años serán muy difíciles, pero así ha sido la vida de las sociedades a lo largo de la historia. La libertad y la democracia no fueron regalos de los dioses, han sido conquistas sociales logradas con luchas sacrificadas, que ahora deben ser más inteligentes.