Medio: La Patria
Fecha de la publicación: martes 04 de junio de 2019
Categoría: Organizaciones Políticas
Subcategoría: Democracia interna y divergencias
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El poder es una "droga
poderosa" como lo dice Carlos Toranzo en la edición de Página Siete del
29 de mayo presente: "Cuando tienes poder es difícil dejarlo, te
acostumbras a él como si fuera parte de tu cuerpo; al tenerlo ya ni
siquiera es necesario que te agaches a anudar los cordones de tus
zapatos, habrá muchos que se agachen para hacerlo; no por admiración,
sino por quedar bien contigo, por temor a tus represalias, o con la
intención de invertir para subir un poco en la escalera del poder".
Sin
embargo, el tema es mucho más complejo. Tiene que ver con la voluntad
expresa de la población en el sentido del respeto al voto popular del 21
de Febrero de 2016. En política existen situaciones que hay que
manejarlas con tino, aunque no se quiera y por capricho. En el orden del
poder solamente dominan la astucia y el conocimiento. Pero el que se
atreve a desconocer la voluntad popular cae en el desprestigio y puede
ser condenado por la gente.
Es difícil referirse a la actitud de
los actuales partidos opositores y a sus dirigentes, pero es necesario
de manera fatal. El autor considera que Carlos Mesa es un líder tímido, y
muchos le critican por su posición débil. Le falta más energía, es muy
diplomático en sus opiniones y en política hay que ser sagaz. El
escenario político actual es complejo, pero sería muy ingenuo pensar que
podría ser de otra manera. Nada es fácil en el tema del poder, se deben
entender simplemente los entuertos de situaciones humanas.
La
oposición política boliviana es profundamente egoísta. No entiende que
la unidad es imprescindible para sacar al MAS del Gobierno, el poder lo
seguirá teniendo por un tiempo debido a sus turbas reaccionarias y
neofascistas, Las ambiciones de cargos llevan a una situación muy
difícil. Oscar Ortiz es soberbio y hay que ser racional en el tema.
Carlos Mesa señala que nada de una organización multipartidaria, Esto es
un suicidio político. Puede sacar hasta un máximo de 33% de votos y Evo
Morales 45% lo que le aseguraría la Presidencia.
Es necesario
garantizar un mínimo de 9% de diferencia entre Evo y Mesa, lo cual puede
ser posible, pero no seguro con los indecisos desencantados. Así se
garantizaría una segunda vuelta. Sí sería posible con que algunos
candidatos renuncien a su candidatura. Si pierden su personería jurídica
se la puede recuperar. No obstante, condenar al pueblo boliviano a
cinco años más de totalitarismo es mezquino y cruel. Todos los
opositores, incluido Ortiz, deben negociar con Carlos Mesa una
candidatura única con distribución de senaturías y diputaciones
proporcionales a las intenciones de voto y con un Programa Único de
Transición. Lo demás es permitir que el MAS siga gobernando
arbitrariamente hasta el 2025 o más adelante. Aquí no valen los
caprichos o recelos, La Patria lo requiere fundamentalmente