Medio: El Día
Fecha de la publicación: jueves 22 de febrero de 2018
Categoría: Debate sobre las democracias
Subcategoría: Repostulación presidencial / 21F
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¡Bien dicho¡ Como se dice aquí también, pero dicho lejos suena más conmovedor. Y cada quien cumple su palabra: Evo no debe ni puede ser candidato en 2019, y su agenda 2025 no va, porque Bolivia dijo NO en soberana decisión con su voto aquel 21 F de 2016. Dijo y dice NO a la re- re-re-reelección y a la violación a la Constitución, que solo permite una. Con ese voto encaramos al régimen que se cree y se quiere eterno.
Y ahora me pregunto ¿qué clase de soberanía exige el régimen de Evo Morales a Chile, en un supuesto territorio que se nos otorgara, si es que nos va de lujo en La Haya, cuando aquí desconoce la voluntad soberana de mucho más de 52% de la población, como ‘anotaron’ las cifras oficiales? Y ¿cómo le exige a Chile el cumplimiento del tantas veces postergado tratamiento del tema marítimo, si él no cumple su palabra, cuando dijo que respetaría el resultado del Referéndum que le dijo NO, aquel 21F? En este caso, si Morales es candidato, contra viento y marea, me asiste el derecho de decir que no es un hombre de palabra. Tampoco un hombre de bien. Ni él ni los suyos la cumplen y tampoco respetan la Constitución, al impulso de su instinto duro y rudo de reproducción del poder “para toda la vida”. Cuando oyen hablar de democracia, deben decir “Vade retro Satanás” para hacer un exorcismo. Quizás por eso están cada vez más agresivos y desbocados de palabra, por ahora, sin olvidar la violencia, cárceles, exilios y muertes que ya ha sufrido Bolivia en estos 12 años del llamado proceso de cambio, descrito de manera palmaria en el párrafo introductorio. ¿Por qué el empecinamiento de que Morales sea candidato en 2019, pese al voto del 21F y de que su credibilidad esta en caída libre? ¿Por qué no quieren dejar el poder? No solo porque se han acostumbrado a lo que llaman las “mieles del poder” sino porque el entramado de la corrupción en todos los niveles de los aparatos del Estado es tan poderoso que les impide dejar semejante botín. Ese botín es el propio Estado. Así se explica que hayan eliminado los mecanismos de control, fiscalización y transparencia para el ‘manejo-apropiación-robo’ de los excedentes durante la década de superprecios de las materias primas. Y aunque han bajado, no se quieren ir porque igual hay excedentes y de ahí la presión de las nuevas burguesías, como la burguesía cocalera y la narco- burguesía, con poder político y económico ya anunciadas por el Vice. Hay otras surgidas de los llamados movimientos sociales, de las estructuras creadas alrededor de los mismos y también de cierta burguesía tradicional, muy cómoda con el régimen. La sociedad boliviana dijo y dice NO porque no quiere que los excedentes de la riqueza que genera, vayan a parar a sus bolsillos o a los millonarios elefantes blancos, previa comisión.
Desconocer el voto del 21F es un golpe de Estado a la Constitución Política y a la sociedad democrática, que quiere vivir en democracia y por eso dijo y dice NO el 21F. Por eso votamos nulo a la parodia de las elecciones de magistrados, y por eso obligamos al Poder Político a la abrogación de un criminal Código Penal. Exigimos la alternabilidad en el ejercicio del poder político con elecciones limpias, para poner fin, además, al “desmontaje de la democracia, la criminalización de la oposición y, la judicialización de la política” como pregonó el Vice. Pero hoy no tienen a quién adjudicar los atentados de Oruro. Si fuera terrorismo ya se habría reivindicado el hecho, como se hace siempre. ¿Es un ajuste de cuentas de las estructuras paraestatales creadas por el propio régimen? Morales y los suyos no entienden que la sociedad está movilizada. Y que cuando los de abajo se mueven, los de arriba se pueden caer, o llevar al país a una crisis social y política grave, dada su tozudez y ceguera. Su palabra la ha devaluado él mismo. No vale nada.
(Este artículo fue al periódico un día antes del 21 F)