Un error de alto costo que hoy nos coloca en un escenario desgastante para la asamblea departamental, lo que parece no importarles a quienes la dirigen circunstancialmente. Se anunció que se aprobaría la ley electoral hace unas semanas atrás y aquí seguimos, el presidente Guillermo Vega considera que ese es su legado… no debería alzar demasiado la voz porque puede que ni bien nazca, caiga en un limbo de acciones legales que la congelen indefinidamente. Así no le servirá a nadie, menos a Tarija, tal vez Vega deba repensar si esa clase de legado quiere dejar o si de esa manera quiere ser recordado. Tal vez puede ser un reconocimiento de la sequía de avances que en este último periodo caracterizó al ente legislativo, solo confirmando lo que la población piensa de quienes trabajan allí.

La paridad de género y la alternancia, fue un elemento mal sembrado que no dio fruto, confrontó a los asambleístas, a pesar de estar incluido en la Constitución Política del Estado… detalle a no olvidar si se aprueba y promulga la ley electoral sobre cómo se le puede poner un candado, arrojando la llave al rio. La vigencia o no de la elección de los subgobernadores también está sobre el tapete aunque hay algunos que aseguran que se incluirá en la nueva norma, más allá de lo ilegal que pueda resultar, otro hueco que puede ser aprovechado por quienes en realidad no quieren que pase nada nuevo. Por otro lado, la determinación del número de asambleístas departamentales hace que nadie quiera perder, menos en un año de elecciones, todos quieren salir lo mejor posible en la foto. Poco importa que se haya decidido que los datos del último censo serían los que orienten la determinación final… la representación por territorio no está en duda, es lo que establece un criterio de equilibrio entre las regiones, en cambio, el factor poblacional es el que hace que la balanza se incline a un lado o al otro con el incremento o decremento de legisladores … una variable que puede ir dando sorpresas de tiempo en tiempo, que favorezca o perjudique a unos u otros. Ahora nadie quiere ceder y para no hacerse lío, parece que todo se quedará como antes, así nomás, Tarija puede esperar, las elecciones no y menos los intereses políticos de quienes quieren seguir en el ruedo y comiendo la torta.

Trágico legado, nefasta herencia, así se define el futuro departamental, cada quien tras lo suyo y cuidando su queso, con el bien común como última prioridad. Es que hay que hacer buena letra ante quienes eligen a cada quien, si se quiere seguir en el ruedo, para tener otros cinco años más lactando golosamente del Estado.