El embajador de la Unión Europea (UE) en Bolivia, León de la Torre Krais, afirmó el pasado jueves que “confía” en que el largo proceso electoral “movilice a la población” y que “haya un fructífero debate de ideas para que”, en octubre o diciembre, “el pueblo boliviano escoja a sus líderes en un proceso limpio y transparente que signifique un paso más en la consolidación de la democracia que está por cumplir 40 años”.

El diplomático dijo, además, que la UE está comprometida con el fortalecimiento institucional del Estado Plurinacional y que, por ello, coadyuva al Tribunal Supremo Electoral (TSE) para mejorar el padrón electoral. Es decir, dio un apoyo militante y económico y no sólo moral al régimen masista.

¿De qué democracia habla León de la Torre Krais? ¿Acaso no se enteró que la democracia sufrió muerte cerebral después de que el Presidente del Estado Plurinacional desconoció, nada más ni nada menos, que el resultado del referendo del 21 de febrero de 2016? ¿No sabe el embajador que la diferencia entre un dictador y un presidente democrático es justamente el respeto a los resultados electorales?

¿A qué institucionalidad se refiere el embajador de la UE? No hay institucionalidad en el Estado Plurinacional. El Tribunal Supremo Electoral (TSE) está controlado por el MAS. Si no fuera así, los vocales del TSE, cuya misión es defender el voto del pueblo, hubieran hecho cumplir sí o sí la Constitución, que limita a dos periodos el mandato presidencial; y hubieran aplicado la Ley de Régimen Electoral, que señala que ninguna instancia puede anular un referendo.

Pero hicieron todo lo contrario, se burlaron del mandato popular del referendo del 21F, y los vocales del MAS, perdón del TSE, armaron unas caricaturescas elecciones primarias para darle un barniz de legitimidad al candidato inconstitucional que tenían que haber inhabilitado.

El embajador De la Torre ¿va a destinar los impuestos de los ciudadanos europeos a financiar la manipulación que preparan los vocales del TSE en favor del candidato inconstitucional del MAS?

El 25 de marzo pasado, el mismo embajador europeo declaró al periódico Los Tiempos que Bolivia perdió 30 millones de euros que estaban destinados a la reforma integral de la justicia debido a que el gobierno del MAS no formuló oportunamente los planes. Entonces, ¿de qué institucionalidad habla? En el Estado Plurinacional, no hay justicia. No hay Defensor del Pueblo. No hay independencia de poderes. No hay una sola institución que ampare a la sociedad civil frente al régimen. En suma, la UE financió durante 13 años la aniquilación de la poca institucionalidad que había. 

¿Le gustaría al embajador León de la Torre que los bolivianos financiemos a un gobernante español que desconoció el voto de su pueblo y violó su Constitución? ¿Le gustaría que apoyemos a un presidente europeo que quiere instaurar una dictadura? ¿Le gustaría que coadyuvemos a un tribunal electoral de un país europeo que pretende disimular una dictadura simulando democracia?

Ahora está más claro por qué organismos no gubernamentales europeos financiaron y apoyaron programas (del Gobierno boliviano) destinados a desmantelar la democracia boliviana.

¿Sabrán los ciudadanos europeos que sus impuestos están destinados a alimentar a un gobernante decidido a consolidar un sistema totalitario?

Como dice Yuval Noah Harari, al principio, el relato liberal, que nació en Europa, se centró sobre todo en las libertades y los privilegios de los hombres europeos, pero no en las libertades de otras personas. Siglos después, la realidad está demostrando que a algunos europeos les cuesta aún aplicar y defender sus valores, en teoría universales, en otros países.

El apoyo de la Unión Europea al régimen de Evo Morales está empujando a la sociedad boliviana a correr la misma suerte que Venezuela: perder su democracia, libertad, paz y felicidad.

Advierto el peligro cuando aún se lo puede evitar, luego será muy tarde porque Morales se convertirá en otro Maduro.

Al leer la declaración de León de la Torre concluí que los europeos, mejor dicho: sus gobiernos, quieren para sí los valores, reglas y principios de la democracia liberal, pero para el resto de los pueblos desean los relatos que ellos derrotaron y desecharon: fascismo (en 1945) y comunismo (en 1989).