- El Diario - Andrónico rechaza pactar con una dirigencia desconectada de sus bases
- El Diario - Declinación de Luis Arce a su candidatura responde a intereses del Socialismo del Siglo XXI
- El Deber - Tuto avanza con Libre y busca aliados para fortalecer su proyecto
- Correo del Sur - El candidato a la presidencia por la alianza ‘Unidad’, Samuel Doria Medina, escogió como acompañante de fórmula a un técnico de alto nivel y con experiencia en los laboratorios económicos del Estado y de organizaciones internacionales.
- El Deber - Manfred apunta a dos cruceños, pero aún no cierra su binomio
- Correo del Sur - El TCP prohíbe tercer mandato presidencial
- El Diario - Arce renunció, pero es inminente su retorno a la candidatura presidencial
Medio: Los Tiempos
Fecha de la publicación: domingo 12 de mayo de 2019
Categoría: Órganos del poder público
Subcategoría: Órgano Ejecutivo
Dirección Web: Visitar Sitio Web
Lead
Contenido
Veamos. Desde la víspera, comienzan a circular los mensajes de felicitación, actividad que con las redes sociales como canal de difusión se ha intensificado de manera geométrica. El viernes estos mensajes se sucedieron casi al infinito a lo largo del día. Condenado, como estoy por razones académico-laborales, a ver las redes sociales todo el día, la verdad es que comencé a alegrarme, cuando, en verdad, luego me di cuenta de que estaba confundido.
Es que, junto a la sorpresa de ver tantos mensajes, los humos me fueron envolviendo… hasta que me topé con un mensaje de felicitación “posteado” por el Presidente del Estado. En ese momento comencé a recuperar cierta lucidez porque ¿cómo explicar que justo en el 365 día del año transcurrido el primer mandatario nos felicite cuando en los anteriores 364 nos ha maltratado con pasión e intentado humillarnos sin compasión?
Luego, revisé con más detenimiento otros mensajes, y encontré que, primero, muchos eran distribuidos por las oficinas de relaciones públicas, empresas de asesoramiento en comunicación corporativa, unidades de comunicación; tantos otros, de jefaturas de gabinete, algún ministro, dignatario o asambleísta y dirigentes políticos. Se puede incluir en este grupo a aquellos vivillos que siempre critican el funcionamiento de los medios sin haber pisado nunca una redacción, que con una pose de perdonavidas rescatan la grandeza del periodismo, pero la ineptitud de los periodistas (así, generalizando, los muy cobardes).
Segundo, muchos, tal vez demasiados mensajes provenían del mismo gremio, lo que me hizo recordar aquello de que alabanza en boca propia…
La excepción fueron los mensajes de un tercer grupo conformado por quienes de veras interpretaban la importancia del día, y eran dirigidos con nombre y apellido, y enviados sin interés alguno, sino sólo por afecto, y pronunciamientos de las organizaciones gremiales del periodismo.
Fácil es presumir que en esta arbitraría clasificación de mensajes en función a los autores, el primer grupo está compuesto por personas claramente interesadas que buscan despertar la simpatía de los periodistas por si alguna vez requieren de algún servicio extra informativo, y no lo hacen porque nos quieren o creen en nuestra labor. Por ello, recibamos esos mensajes con una mueca de sonrisa y pare de contar.
Más bien, tomemos muy en serio el segundo grupo, porque en él se puede observar varias características. Una, la existencia de un deseo incontrolado de reconocimiento a nuestra labor, lo que se expresa en la contradicción de utilizar la manida frase de que el periodismo es el “mejor oficio del mundo”, para a continuación proceder a victimizarnos por ejercerlo pese a un sinfín de obstáculos.
Otra, aprovechar la fecha para mandar en forma críptica mensajes a los colegas que se aprecia o detesta, o, en el mismo nivel, presentarse por encima del bien y el mal escribiendo muletillas sobre el buen o mal periodismo reinante en las redacciones.
No faltan en este campo aquellos para quien sólo en el paseado —generalmente en el que quienes los escriben actuaban— se hacía buen periodismo, junto a una crítica implacable, aunque sin fundamento explícito, a lo que ahora sucede.
En fin, leyendo de esa manera los mensajes por el Día del Periodista, me quedé, por un lado, feliz con los que creo sinceros. Por el otro, preocupado porque encuentro que no conocemos lo que en verdad piensan de nosotros los ciudadanos de a pie, que son a quiénes queremos servir adecuadamente.
Por ello, tal vez deberíamos invertir esfuerzos con ese fin, antes de utilizarlos para felicitarnos entre nosotros mismos…