Medio: La Patria
Fecha de la publicación: sábado 11 de mayo de 2019
Categoría: Órganos del poder público
Subcategoría: Órgano Ejecutivo
Dirección Web: Visitar Sitio Web
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No pasa un día sin que los medios difundan noticias sobre escándalos públicos con matices de clara intromisión política, pero tampoco están ausentes los informes grotescamente mostrados de violentos delitos cometidos en varias ciudades, con mayor incidencia en las del eje central, donde parece concentrarse la presencia de avezados delincuentes que roban, secuestran, atacan a la gente y hasta incursionan en empresas o instituciones bancarias, al mejor estilo de lo que también diariamente se ve en la mayoría de canales de TV en su programación corriente, dejando por supuesto ejemplos que aprovechan los malvivientes.
Un registro de información muestra como si se tratara de competencia, los delitos cometidos en el orden delincuencial por una parte y dependiendo de algunas connotaciones políticas se conocen los hechos de corrupción administrativa, comprometiendo a oficialistas y opositores, a jefes y funcionarios de base, a connotados políticos y como se ha visto recientemente incluyen a policías y narcotraficantes.
También en el sumario de algunos medios hay noticias sobre la penosa en unos casos o dificultosa situación de muchas personas arbitrariamente detenidas, algunas por meses y hasta años, sin juicios y sin sentencias, como producto de las terribles muestras que haciendo uso del poder político, se ensañan con quienes no levantan la misma bandera.
Quienes hacen un seguimiento de estos casos, aseguran que en el periodo no mayor a un año, se registraron mil casos de corrupción de diversa índole y en diferentes niveles de la administración pública, incluyendo los casos registrados en la Policía y otros que también afectan a personal de las Fuerzas Armadas y de la Aduana, sin omitir algunos de menor cuantía que envuelven a dirigentes vecinales, laborales, gremiales y otras actividades, donde los delitos no faltan.
Hay que convenir en que corrupción y delitos, es la constante relación del diario acontecer, matizadas además tales circunstancias, con las infaltables acusaciones políticas que salen de ambos bandos, oficialistas y oposición, en pos de defenestrar a candidatos o simplemente de crear dudas en el electorado al denunciar una serie de hechos, algunos fuera de contexto, pero propicios para molestar la atención ciudadana.
Nos desenvolvemos en un marco de incongruencias que rebasan los límites del respeto, que pasan en unos casos por debajo de las leyes o en otros dependiendo de dónde se originan por encima de las disposiciones legales y las normativas vigentes. Todo está sujeto a quién mueve mejor las fichas del tablero y lo hace con habilidad y descaro, pero también con una sórdida complicidad de variados elementos.
Tomando en cuenta el año electoral, es sumamente importante que se ataque con rigor toda forma delincuencial que ponga en riesgo la seguridad ciudadana, pero al mismo tiempo que se activen todos los medios posibles para limpiar primero y evitar luego más hechos de corrupción y de impunidad. La colectividad merece respeto y seguridad, atributos que sólo se lograrán combatiendo la delincuencia y la corrupción.