Medio: La Patria
Fecha de la publicación: viernes 10 de mayo de 2019
Categoría: Órganos del poder público
Subcategoría: Órgano Ejecutivo
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Al iniciar la presente nota, mi reconocimiento sincero y profundo al trabajo de investigación e información que desarrollan los periodistas que hoy celebran su aniversario en memoria a Cirilo Barragán que el 10 de mayo de 1865 fue ejecutado por orden del presidente Mariano Melgarejo por un artículo que molestó a su dictadura y porque el 10 de mayo de 1938 mediante Decreto Supremo se consignó como el Día del Periodista.
El pasado 3 de mayo se celebró el Día Mundial de la Libertad de Expresión, por esta razón mi deseo de referirme a este tema en relación a la democracia. La libertad de expresión es conocida como libertad de la palabra, de opinión, estos dos conceptos generalmente son intercambiables. La libertad de expresión está estrechamente vinculada con otro concepto, conocido como libertad de prensa.
La primera cubre una amplia gama de expresiones, incluyendo la libertad de expresión a través de la palabra oral, impresa o de los materiales audiovisuales, así como la expresión cultural, artística o política. La segunda pone énfasis en los medios de comunicación oral, audiovisual e impresos, en particular los relativos al periodismo y a los periodistas. La Libertad de Expresión se entiende en términos amplios como la noción que toda persona tiene el derecho natural de expresar y opinar su forma de pensar a través de cualquier medio de comunicación sin interferencia, tal como la censura y sin miedo a represalias, tales como amenazas y persecuciones.
La libertad de expresión está ligada a la democracia por eso hablar de democracia es pensar en la libertad que tiene todo ser humano a trasladarse de un lugar a otro a reunirse, a manifestar y expresar lo que piensa y siente, estos últimos elementos esenciales en la libertad de expresión, considerada como pieza fundamental porque permite el debate, la discusión y el intercambio de ideas entre actores políticos e integrantes de la sociedad en torno a temas de interés público. Es por ello que no podemos considerar como democrática una sociedad donde no haya libertad de expresión, en razón de que esta es una manifestación real y concreta en el espacio público de otra libertad esencial -para la realización personal de los seres humanos-: que es la libertad de pensamiento.
No obstante, la libertad de expresión implica deberes y responsabilidades, fundamentalmente para proteger los derechos de terceros, del Estado, del orden público o de la salud moral de la ciudadanía. En un Estado democrático se debe respetar la libertad de expresión que es el derecho fundamental que tienen las personas a decir, manifestar y difundir de manera libre lo que piensan sin por ello sean maltratadas y hostigadas.
Se constituye en una libertad civil y política, relativa al ámbito de la vida pública y social, que caracteriza a los sistemas democráticos y es imprescindible para el respeto de los demás derechos, así lo instaura el Artículo 19 de la Declaración Universal de Derechos Humanos que dice "Todo individuo tiene derecho a la libertad de opinión y de expresión; este derecho incluye el de no ser molestado a causa de sus opiniones, el de investigar y recibir informaciones y opiniones, y el de difundirlas, sin limitación de fronteras, por cualquier medio de expresión".
En regímenes híbridos y democracias débiles no se respeta la libertad de expresión, se controla los medios de comunicación, se enjuicia y persigue a líderes opositores, que denuncian actos de corrupción, violando abiertamente el Artículo 19 de la Declaración Universal de Derechos Humanos. La libertad de impartir información puede ser atacada de diversas maneras y particularmente puede inmiscuirse en la libertad de prensa y el control de los medios de comunicación llegando al extremo de controlar la información que difunden y sancionar a aquellos que viertan opiniones en contra del gobierno o brinden más cobertura a partidos o agrupaciones políticas de oposición.
La libertad de expresión es esencial para posibilitar el funcionamiento de la democracia y de la participación pública en la toma de decisiones. Los ciudadanos no pueden ejercer su derecho al voto de manera efectiva o participar en la toma pública de sus decisiones sino cuentan con el libre acceso a la información y documentación, sin estos elementos no pueden expresar sus opiniones libremente porque constituye un mecanismo importante para la dignidad individual, y para la participación, de una rendición de cuentas en democracia.
La libertad de expresión es un elemento crítico para la democracia, el desarrollo y el diálogo sin ella ninguna de estas palabras podría funcionar o prosperar. Es un derecho universal que todo el mundo debe gozar. Todos tienen el derecho a la libertad de opinión y de expresión; que incluye el derecho a mantener una opinión sin interferencias y a buscar, recibir y difundir información e ideas a través de cualquier medio de difusión sin limitación de fronteras, tal como lo establece la Declaración Universal de los Derechos Humanos.
Es un derecho fundamental: porque a nivel individual, constituye una condición necesaria para la autonomía y, a nivel público, promueve la fiscalización de las autoridades y el descubrimiento de la verdad a través del flujo de información en el "mercado de ideas". En democracia constituye una pieza trascendental y necesaria para mantener a los electores informados sobre las actuaciones de los gobernantes.
En regímenes democráticos es más importante aún, porque permite a los ciudadanos condicionar las actuaciones de los gobernantes, y actúa como medio de fiscalización. El problema de esta corriente radica en su aplicación exclusiva al ámbito público. Sin embargo, debe quedar establecido que No se puede utilizar para difamar deshonrar y desprestigiar a las personas e instituciones porque se estaría ingresando a un delito de orden público sancionado por las leyes.
La libertad de expresión es una piedra angular en la existencia misma de una sociedad democrática. Es indispensable para la formación de la opinión pública. Es una condición sine qua non para que los partidos políticos, sindicatos, sociedad civil, y en general, quienes deseen influir sobre la colectividad puedan desarrollarse plenamente en libertad.
Es, en fin, condición para que la comunidad, a la hora de ejercer sus opciones, esté suficientemente informada, por la cual es posible afirmar que una sociedad que no está bien informada no es plenamente libre. Mediante la libertad de expresión el control democrático por parte de la sociedad, a través de la opinión pública, fomenta la transparencia en la administración de recursos económicos promoviendo una rendición de cuentas de las actividades estatales y origina la responsabilidad de los funcionarios sobre su gestión pública, para conseguir un gobierno eficaz y transparente.