Medio: Página Siete
Fecha de la publicación: domingo 05 de mayo de 2019
Categoría: Órganos del poder público
Subcategoría: Órgano Ejecutivo
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La noche del 1 de mayo, el director de la auditada empresa mexicana Neurona, César Hérnandez, publicó en sus cuentas de Facebook agradecimientos a funcionarios y activistas del MAS que, según él, facilitaron su llegada a Bolivia donde su firma obtuvo millonarios contratos directos por consultorías en redes sociales y productos audiovisuales.
Ocho de esos contratos -por 12,4 millones de bolivianos, adjudicados durante la gestión de Gisela López- son actualmente auditados por la Contraloría a pedido del ministro Manuel Canelas. El titular de Comunicación es uno de los destinatarios de los saludos.
Autodefinido como “activista voluntario solidario defensor del Proceso de Cambio”, Hernández también agradece a la viceministra de Comunicación Leyla Medinacelli y al secretario general de la Vicepresidencia Héctor Ramírez, entre otros, quienes aparecen con ponchos en fotos de 2014.
Y mientras el dueño de Neurona difundía estas imágenes en una de sus cuentas, en otra publicaba fotos de una cena en la que aparecen la viceministra Medinacelli, el periodista Fernando Molina, el estratega Wálter Chávez en casa de Susana Bejarano. “El enorme éxito de la promoción del documental El ROBO producido por #NEURONA ??, y dirigido por Cesar Andrade, fue planeado en esta #Cena donde también se festejó el cumpleaños de una compañera mexicana”, escribió Hernández.
Los asistentes aseguran que la cena nada tuvo que ver con Neurona ni con su director. “Hace poco llegó a Bolivia uno de los mexicanos con los que hice gran amistad en 2014, Iván Juárez. Él tampoco fue ni es miembro de Neurona. El 9 de marzo de este año organicé una cena en mi casa para festejar el cumpleaños de la novia de Iván, la comediante Mónica Escobedo, que vino a Bolivia a dar un show en Santa Cruz. La llegada de ambos no tuvo ninguna motivación política, fue más bien turística; en la cena que organicé NO hablamos de ningún tema político de actualidad, mucho menos del documental El Robo”, dice Bejarano.
Sobre las fotos de los ponchos rojos en las que aparece junto a Hernández y otros funcionarios, la conductora sostiene: “La reunión de los ponchos fue un acto social realizado en 2014;, como resulta evidente por las fotografías... Una reunión de amigos a la que los invitados trajeron los ponchos que se iban a llevar a sus países como recuerdos de nuestra cultura”.
Consultada sobre su relación con Hernández, dice Bejarano: “En 2014 conocí a varios activistas mexicanos y de otros países que llegaron para apoyar la campaña del MAS, entre ellos a César Hernández, que entonces no se presentó como miembro de Neurona, supongo porque la empresa aún no existía. También conocí a Mauricio Báez, quien durante más de un año fue mi pareja. A causa de esta relación, algunos mexicanos se quedaron por algunos días en mi casa. No tengo relación alguna ni comunicación con Hernández desde 2015. Y mucho menos he trabajado para su empresa”.
Y añade: “Las contradictorias y algo disparatadas declaraciones de Hernández tienen un objetivo político y económico, pues intentan relacionar a algunos de mis invitados en esa cena con (o contra, en algunos casos) Neurona, pero yo estoy completamente al margen de estos trajines y peleas, en las que fui involucrada exclusivamente porque Hernández encontró en Facebook fotos que se han publicado sobre la cena de marzo”.
Molina sobre las fotos de la cena
Las fotografías que están circulando en la que aparezco describen escenas de una cena que dio mi pareja Susana Bejarano a una amiga suya para festejar el cumpleaños de ésta, en la que participaron varios amigos suyos.
En la cena no se habló de política actual y no estaba ningún personero de Neurona; la amiga que cumplía años es comediante y su pareja es productor de cine y ninguno trabaja en Neurona. Ambos son mexicanos y fueron los que subieron las fotos a Facebook, de donde fueron extraídas y usadas por personas que no conozco, las cuales les añadieron diferentes y contradictorias lemas, en el marco de alguna lucha intestina entre masistas cuyos alcances ignoro y en la que nada tengo que ver.
Algunos supuestos observadores, como Rafael Archondo, están dispuestos a creer cada palabra de Hernández sin preguntarse por qué alguien investigado publicaría las fotos y los nombres de sus supuestos cómplices. Nadie hace eso excepto si lo que quiere es dar información falsa.
“Cena Neurona”, según Archondo
A raíz de las publicaciones de César Hernández, director de la investigada empresa Neurona, el periodista Rafael Archondo escribe en su portal La H parlante lo siguiente:
“La más reciente noticia de Hernández es la composición de una cena organizada en la casa de Susana Bejarano, la conductora estrella de ATB. Dicho encuentro gastronómico fue organizado para celebrar el cumpleaños de una amiga mexicana, pero sobre todo para planificar el lanzamiento del documental El Robo, elaborado por Neurona (...) La cena o la escena podrían ser leídas entre líneas de la siguiente manera:
1. El Robo ha unido a dos viejos enemigos alrededor de la misma mesa. Chávez y Molina fueron rivales políticos enconados desde que El Juguete Rabioso, dirigido por el primero, atacara de manera frontal a lo que ese medio impreso bautizó como el “clan Molina”. Chávez acusó a los hermanos Molina por hacerse de los contratos de publicidad del entonces gobierno de Sánchez de Lozada (2002-2003).
2. Chávez no se ha retirado a sus cuarteles de invierno como ha dicho. Su reconciliación con el aparato propagandístico del Gobierno es un hecho vigente.
3. Aunque el ministro Canelas anunció que ha ordenado auditar los contratos de Neurona, su personal de más alta confianza coordina y hasta cena con la empresa mexicana.
4. Susana Bejarano es una activista del Gobierno y su principal aporte parece ser el de oficiar de anfitriona de las altas reuniones de campaña del MAS y fotografiarlas.
5. El mexicano César Hernández Paredes está resentido con sus ex contratantes bolivianos, porque no pudieron impedir que “malos funcionarios” del Ministerio de Comunicación filtraran información sobre sus remuneraciones al diario Página Siete.
6. A pesar de que el lanzamiento de El Robo se planificó en su casa, Fernando Molina ha escrito una crítica al documental. ¿Traición a los comensales de aquella velada?, ¿insobornable espíritu crítico?, ¿bizarra manera de promocionar el filme?