Medio: La Razón
Fecha de la publicación: martes 23 de abril de 2019
Categoría: Debate sobre las democracias
Subcategoría: Repostulación presidencial / 21F
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Amigo lector (sin diferenciar “políticamente correcto” por género) no se asuste, la presente no será una columna algebraica (luego de la “encuestitis” le daré un descanso), pero en parte buscará, aún en el desuso, restituir algunos de los muchos “huesos dislocados” allende y aquende.
Primero que todo conozcámonos mejor: Bolivia tiene casi 1,1 millones de km2 de superficie y España, poco más de 505.000 km2 (cabe dos veces acá). En Bolivia vivimos casi 11,5 millones de habitantes y los españoles son 46,5 millones (aquí estarían cuatro veces “más apretados”). En España había casi 2,6 millones de funcionarios públicos en 2018, y en Bolivia, cerca de 403.000 en 2017 (la empleomanía creció un 70% el pasado trecenio; solo la administración central pasó de casi 10.000 funcionarios a 19.000, 90% más, pero el gasto en salarios creció 54%, lo que permite inferir que no hubo un incremento en la calidad).
En España hay 17 comunidades y dos ciudades autónomas, 50 provincias y 8.124 municipios (1.121 con menos de 100 habitantes, pero con sus autoridades). En Bolivia tenemos nueve departamentos, 112 provincias y 339 municipios. Nos ganan ampliamente en despilfarro. Bolivia tiene 332 parlamentarios nacionales y 534 departamentales, y 3.954 concejales municipales (titulares y suplentes); y 340 alcaldes (sin suplentes). Un total de 5.492 elegidos, muchos “cobrantes”, uno por cada 2.088 habitantes. España tiene 616 parlamentarios nacionales y 1.248 autonómicos (no eligen suplentes), 8.124 alcaldes y 67.515 concejales (77.503 elegidos: uno por cada 600 habitantes, ¡excesivo!). Para concluir, España es una monarquía parlamentaria y Bolivia, una república presidencialista (como las que las independencias dejaron, más “monárquicas” que esencialmente republicanas).
El 28 de abril (28A), el Partido Socialista Obrero Español (PSOE) tratará de mantener el poder al que llegó sin ser elegido. Para ello se enfrentará al Partido Popular (PP), al que constitucionalmente desbancó (pero no ganó); a Podemos, protoaliado muy interesado que quedó en el camino; a Ciudadanos (C’s) y al inesperado Vox. Estos cinco partidos, más otros a la zaga en intenciones y posibles escaños, dirimirán las apuestas: mantener el populismo socialdemócrata de los últimos tres gobiernos, de José Luis Rodríguez Zapatero, de Pedro Sánchez Pérez (pseudoizquierda-centroizquierda) y de Mariano Rajoy Brey (derecha); retornar al ambiguo PP (desconsolidado y sin liderazgo fuerte); o mudar al centro de C’s, a la izquierda marxistachavista podemita, a la derecha tradicionalista (no “facha”) de Vox, éstos tres comodines necesarios. Y los demás retos: independentismo, crear empleo, no quebrar la economía, “desdemagogizar” la política, refundar el país (eliminando “grasa mala”) y hacerlo eficiente...
En Bolivia, tras el referéndum del 21F que dijo No a la repostulación del actual binomio presidencial (que luego se “coló” por los portillos del Tribunal Constitucional y del Tribunal Electoral, cómplices), y unas elecciones primarias (27E) muy decepcionantes para el triunfalismo oficialista, el 20 de octubre se enfrentarán el MAS, desde el oficialismo, contra Comunidad Ciudadana y el Bloque Bolivia Dice No, desde la oposición, junto con los de espacios minoritarios (MNR, PDC, MTS, UCS, FPV y PAN-BOL). El gran tema: ¿por dónde irá la democracia boliviana? (y si “irá”). ¿Alguna diferencia? La campaña española dura 15 días; en Bolivia, un año y un día (las primarias fueron convocadas el 19 de octubre de 2018, y las elecciones generales se realizarán el 20/10/2019).
NdA: estas opiniones se las dedico a mis amigos y colegas de la Universidad Complutense con quienes compartí el éxito de la Escuela Complutense Latinoamericana Santa Cruz 2019, porque juntos queremos una España y una Bolivia fanales señeros que iluminen grandes tiempos.
* Analista y consultor político.