El voto de los bolivianos residentes en el exterior es un derecho constitucional que finalmente, tras larga demanda y espera, se hizo realidad en las elecciones generales de 2009. Hubo otras dos experiencias en los comicios de 2014 y el referéndum de 2016. En este último proceso había poco más de 250.000 votantes habilitados en 73 ciudades de 33 países del mundo. Menos de un tercio concurrió a las urnas. Se trata, por tanto, de un voto con limitada incidencia en el resultado de las elecciones.

Los comicios de octubre de este año serán la cuarta ocasión en la que los bolivianos votarán en el exterior. Para ese propósito, el TSE está desarrollando un programa de empadronamiento permanente en 11 ciudades de Argentina, Brasil, España y Chile, que en conjunto concentran el 90% de votantes registrados en el exterior. El registro y la participación electoral no son altos, entre otras cosas, porque son facultativos, a diferencia de la obligatoriedad en territorio nacional.

¿Por qué esta labor, que debiera ser alentada, es objeto de sospecha entre algunos asambleístas de la oposición? Hay doble falacia al respecto. Por una parte, se dice que la selección de solo cuatro países para el empadronamiento sería “discriminatoria”, pues deja fuera a los otros 29 países donde Bolivia tiene legaciones diplomáticas y consulares. El TSE explicó que en el marco del calendario electoral para octubre se realizará empadronamiento en los 33 países, es decir, ninguno será excluido.

Por otra parte, se especula que el empadronamiento anticipado en cuatro países está orientado al “fraude”. Ya se ha señalado que el voto en el exterior, por su volumen, no es decisivo en el resultado general. ¿Cuánto podrían incidir 16.842 registros, mal suponiendo que todos votaran por el oficialismo, en un padrón de casi 6,5 millones de votantes? Y si la premisa es hacer fraude, ¿por qué se estaría empadronando en España, donde el 80% votó No en el referéndum del 21 de febrero de 2016?

Quedan pocas semanas para el empadronamiento permanente, tanto en el país como en cuatro naciones del exterior. Con la convocatoria a las elecciones generales, el próximo 27 de mayo, se habilitará un período (de al menos 40 días) para el llamado “empadronamiento masivo”. No podemos saber cuántos bolivianos votarán en el exterior ni cuáles son hoy sus preferencias electorales. En lo que sí debiera haber certeza inequívoca es en la necesidad de garantizar a todos el ejercicio de su derecho al voto.