“Todos estos son elementos más que suficientes para que el Tribunal Constitucional vigente diga su palabra. Esa palabra, por las razones anotadas, no puede ser otra que la anulación del fallo del 28N”, indicó Mesa, refiriéndose a la sentencia constitucional del TCP que fue emitida el 28 de noviembre del año pasado.

Una primera razón que expone el exmandatario es que el TCP modificó la Constitución Política del Estado (CPE) al declarar la inaplicabilidad de cuatro artículos, sabiendo que no tiene atribución para realizar dicha acción. Aclaró que el único que tiene potestad de modificar la Carta Magna es el pueblo boliviano.

En un segundo fundamento indica que el TCP con un fallo no puede desconocer los resultados de la votación del Referendo del 21F, al hacerlo, los magistrados desconocen la voluntad de la población.

La tercera razón que señala Mesa es que el TCP “interpretó” arbitrariamente el artículo 23 de la Convención Americana de Derechos Humanos, porque las “arbitrariedades” del Estado las puso por encima del bien del pueblo que en una votación estableció un límite al mandato de Evo Morales.

Para Mesa los siete magistrados del TCP agravaron más sus acciones cuando “el 25 de septiembre de 2017, la sentencia del TCP referida al caso FOCAS incluyó la cita de un párrafo del fallo que habilitó a Morales el 28N; es decir ¡dos meses y tres días antes, el TCP ya tenía el fallo redactado! Aún peor, la admisión de la solicitud que hicieron parlamentarios del MAS que pedían al TCP habilitar al Presidente para las próximas elecciones, se hizo el 28 de septiembre de 2017; es decir, que ¡el TCP ya había redactado el fallo favorable a Morales tres días antes de admitir para su consideración la petición del MAS!”, dice en su artículo.