Medio: El Deber
Fecha de la publicación: sábado 20 de abril de 2019
Categoría: Representación Política
Subcategoría: Democracia paritaria
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El documento La desigualdad de género en un contexto de paridad realizado por la Coordinadora de la Mujer, Fundación Idea y la Universidad Mayor de San Andrés (UMSA), refleja datos sobre la representación política de mujeres al interior de la ALP. La investigación señala que existe paridad numérica en ambas cámaras, pero que esta no se concreta en otros ámbitos de deliberación y decisión de esta instancia de representación plurinacional, como comisiones y comités.
El Senado tiene 10 comisiones conformadas a su vez por 20 comités; mientras que, en la Cámara de Diputados, existen 12 comisiones, constituidas por 37 comités. Cada comisión tiene una directiva conformada por un presidente y secretarías.
Actualmente nueve de las presidencias de comisiones de la Cámara Baja están ocupadas por hombres y solo tres por mujeres, mientras que en la Cámara Alta siete son presididas por varones y únicamente tres por mujeres.
Del total de comisiones en funcionamiento en la ALP, el 27,3% están presididas por mujeres y el 72,7% por hombres.
Respecto a la relación entre hombres y mujeres en la presidencia de ambas cámaras, se observa que, entre 2001 y 2019, cinco mujeres y 14 hombres mandaron en la Cámara de Senadores, mientras que en la Cámara de Diputados estuvieron bajo la batuta de 13 hombres y seis mujeres.
Jimena Costas, diputada de UD, considera que la paridad cuantitativa de mujeres y hombres en la ALP no es producto de un cambio de mentalidad de partidos políticos con relación los derechos de mujeres, sino que responde sobre todo a la obligatoriedad de la norma, situación que no ocurre en Comisiones y Comités. “No existe una norma interna en el Órgano Legislativo que disponga que los cargos de toma de decisión para dirigir comisiones, comités o mesas de trabajo sea equitativa para hombres y mujeres en un porcentaje de 50%”.
Costas informó que propuso la modificación del Reglamento Interno para subsanar las desigualdades de espacios de poder, pero la misma no fue tomada en cuenta. Añadió que contemplan mujeres “cuando la norma los obliga”, pero cuando no hay ley que lo disponga ponen a más hombres, porque “los partidos políticos son las instituciones más patriarcales que hay dentro del sistema político”.
Para la diputada Yesenia Yarhui del PDC es evidente la discriminación en razón de género al interior de la ALP, señalando haber sido víctima; ocurrió cuando postuló a la jefatura de bancada del PDC, y tuvo el respaldo de sus colegas; sin embargo, otro bloque del mismo partido postuló a Julio Costas, quien ganó la elección con el voto de la diputada suplente Erika Justiniano, que según la diputada Yarhui abandonó el cargo. Empero la ALP le otorgó legitimidad a Costas obviando la imposibilidad de voto de Justiniano.
Al respecto el diputado Costas negó las acusaciones, señalando que su elección es legal y en mérito a una elección democrática.
Contraria a la investigación y a las asambleístas opositoras, la presidenta de la Comisión de Derechos Humanos e Igualdad de Oportunidades, Sonia Brito, del MAS, calificó de protagónico el rol de las mujeres en espacios de poder y tomas de decisión.
Brito destacó la presidencia de Gabriela Montaño, que ostento el mando de la Cámara de Diputados por cuatro años consecutivos. También relevó la participación de la diputada Susana Rivero al mando de Comisión de Constitución, en la que se resolvieron casos de suma importancia para el país (elección judicial, caso Lava Jato). Además resaltó la presidencia actual del Senado en manos de Adriana Salvatierra.
La diputada Betty Yaniquez (MAS) destacó el logro de la paridad entre hombres y mujeres e indicó que no es relevante el hecho de que existan más hombres que dirijan las comisiones. “Creo que no importa que haya más hombres que dirijan comisiones, puede que un año sean más hombres y otro, mujeres”, señaló.
La socióloga y analista especializada en temas género Daniela Carrasco considera que, si bien en la última década surgieron personajes representativos en espacios de representación de poder femenino, en el fondo estas no dejan de estar íntimamente ligadas a las esferas superiores, masculinas, que relegan a las mujeres a espacios sociales y de protección por la asignación de roles estereotipados de género y que tiene que ver con el uso de las mujeres por partidos políticos por cumplir la norma.
Según el Observatorio de Paridad Democrática del Órgano Electoral Plurinacional (OEP) la presencia femenina en la militancia es cuantitativamente opuesta a la participación en las cúpulas partidarias, con una amplia presencia en la base y escasa o nula en la cúspide.
Sandra Rasguido, responsable del observatorio del OEP, manifestó que es un reto modificar la cultura organizacional de las fuerzas políticas, determinada por las relaciones de dominación masculina y lograr la participación política plena y eficaz de las mujeres. Dijo que se prevé la modificación y adecuación de la norma interna para incluir sanciones previstas por Ley 243 contra el acoso y violencia política hacia las mujeres.