Medio: Ahora el Pueblo
Fecha de la publicación: sábado 27 de abril de 2019
Categoría: Organizaciones Políticas
Subcategoría: Democracia interna y divergencias
Dirección Web: Visitar Sitio Web
Lead
Contenido
La fuerza opositora que viene desde el pasado año con la violencia que desencadenó con su retórica del “león dormido” tampoco tuvo sus efectos, el golpe cívico fracasó, como hasta ahora. En su estrategia de desgaste ensayó un posible grupo armado, que también fracasó.
Ahora va a conspirar las elecciones de este domingo cuando sabe que después la usarán para determinar cuál de los binomios debe aglutinar a los demás con miras a las elecciones de octubre, en la línea señalada por la Embajada de Estados Unidos y defendida a gritos por varios medios de comunicación privados.
Nótese el cambio de discurso que hace Carlos Mesa para influenciar su decisión en los demás frentes y partidos políticos que, probablemente muchos de ellos, tenían la misma responsabilidad de apoyar este proceso con miras a octubre.
Quién hubiera creído que este proceso, calificado de ilegal, goza del respaldo de la OEA, que envió una misión de observación para las elecciones primarias, lo que constituye un inesperado respaldo del organismo multilateral a este proceso.
Por tanto, las elecciones del domingo sí tienen razón de ser, son legítimos y legales. Sirven y fortalecerán la democracia; tampoco se trata de un gasto insulso de recursos, más aún cuando las principales fuerzas políticas han renunciado a la propaganda.
Pero nos extraña, una vez más, la conducta hipócrita de la oposición cuando, por un lado, habla de entrar al juego electoral, pero, por otro, deslegitima un proceso que forma parte de la dinámica política de cara a octubre, porque entrar a la cancha es aceptar las reglas del juego, jugar limpio y sin afanes desestabilizadores al proceso electoral.
Han pasado 13 años desde que fueron desplazados del poder los representantes de la casta colonial, ese es un hecho que debemos resaltar en la historia nacional porque se escribe la verdadera lucha de los pueblos indígena originario campesinos que se visibilizaron en la Carta Magna de la NCPE.
Fue el Comandante de América quien señaló el camino: “Esta epopeya que tenemos delante la van a escribir las masas hambrientas de indios, de campesinos sin tierra, de obreros explotados; la van a escribir las masas progresistas, los intelectuales honestos y brillantes que tanto abundan en nuestras sufridas tierras de América Latina…”.
La Asamblea Constituyente fue el primer escenario de confrontación, la presión ejercida para su fracaso no tuvo éxito, no les importó sacrificar vidas y luego elaborar el discurso de la Masacre de La Calancha.
No pudieron frenar la fuerza del pueblo y tuvieron que aceptar una nueva Constitución, condicionando su aprobación a mantener algunos puntos favorables para ellos. Hoy van a frenar un proceso electoral en la misma línea que lo hicieron a la Constituyente, por eso la historia se escribe con la pluma de los pueblos indígenas y originarios, quienes siguen siendo los portadores de la construcción del Estado Plurinacional.