Medio: La Patria
Fecha de la publicación: lunes 08 de abril de 2019
Categoría: Institucional
Subcategoría: Tribunal Supremo Electoral (TSE)
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En cuestión de poco tiempo tal imagen de seguridad y seriedad que demanda el conglomerado de electores para sentir respaldo y cuando se aproxime a las urnas ha disminuido sustancialmente, tanto así que para una mayoría de los "votantes" no hay institución que garantice limpieza, imparcialidad y respeto al voto ciudadano, toda vez que el TSE está parcializado con el esquema gobernante, en una clara sumisión a las instructivas que allí emanen para variar el calendario electoral y ciertas condiciones colaterales de ese hecho.
Hay que recordar que la sugerencia para cambiar la fecha de elecciones nacionales del 27 de octubre próximo, para que se cumplan una semana antes, 20 de octubre, responde a la observación del actual Mandatario y candidato por una cuarta postulación, observando que el domingo 27, también se cumplirán elecciones generales en la Argentina, situación que supuestamente "alteraría", la participación de bolivianos residentes en ese país y que también deberían emitir su voto para elegir al presidente boliviano. Para muchos el motivo es intrascendente, pero políticamente el pretexto tiene su razón de ser para el candidato oficial, que no consultó con otros jefes políticos la alternativa de cambio, solo decidió adelantar las elecciones bolivianas y… punto aparte.
El TSE, tomó en cuenta la sugerencia y por lo ya conocido, somete su autoridad institucional a la sugerencia personal del Jefe de Estado y consiguientemente por ese hecho se alterarán otras fechas del ya vulnerado calendario electoral. Por ejemplo el caso de la convocatoria oficial que debe hacerse con 150 días de anticipación a la fecha fijada para elecciones, que con la fecha adelantada obliga a reducir ese espacio a sólo 120 días, 30 menos en los programas que planificaron los partidos y que para algunos es un perjuicio, mientras que para otros es un ahorro, en todo caso reconociendo que difícilmente podrían equiparar sus campañas a la que realizan de manera permanente los candidatos oficiales. Parece ya un tema cerrado por lo mismo merecerá atención obligada de los candidatos electorales de octubre venidero.
Observadores políticos, que son varios, coinciden al visualizar un "estado de sumisión institucional" en el TSE para admitir, sin consulta con ninguna de las otras fuerzas en competencia, la justificación y validez de la alteración de fechas en un calendario aprobado hace tiempo atrás, el hecho dice es que "lamentablemente un número alarmante de funcionarios especializados, con experiencia en la materia y de confianza en su labor profesional, han renunciado al órgano electoral o han sido retirados, causando una verdadera conmoción al interior del TSE, por lo que para los que quedan, resulta más fácil alterar fechas, obedecer consignas y esperar cualquier resultado, que satisfaga al interés del poder ejecutivo.
El tiempo avanza inexorable y las dudas crecen imparables, frente a la inseguridad institucional del TSE que no parece - ahora - la institución más idónea para garantizar un proceso eleccionario nacional que merecería el mayor celo por parte de un equipo responsable que conduzca la próxima elección en el marco del respeto a las leyes y los derechos ciudadanos.