Medio: Los Tiempos
Fecha de la publicación: domingo 07 de abril de 2019
Categoría: Procesos electorales
Subcategoría: Elecciones nacionales
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No es que los hechos y la información sean irrelevantes. Al contrario, son manipulados: la “verdad” cuenta menos que defender una creencia aceptada sin reflexión. Uno de cuatro adultos de las ciudades del eje central cree que el Sol gira alrededor de la Tierra (Foro Regional). La irracionalidad de un “antivacunas” no es modificada con argumentos científicos, experimentos de laboratorio o datos estadísticos. Y difícil convencer a un terraplanista de que la Tierra es esférica. Estos casos muestran la paradoja de una época donde la información científica está al alcance de los dedos de cualquiera; también la desconfianza a la ciencia y la razón, “empoderando” una subjetividad que da crédito a falsedades exitosas en las redes sociales.
Más información, aunque útil y necesaria, no basta. Los verificadores de datos, periodistas en general, al desmentir a políticos deshonestos sólo influyen en los que ya están convencidos porque la posverdad está en el cerebro de los demás. Inquietante: la mentira no perjudica al político mendaz que la usa como un instrumento “ideológico” para el consumo de sus MASas.
En Bolivia no exageran quienes señalan que Evo Morales y Álvaro García Linera son los mandatarios MAS deshonestos, mentirosos y sinvergüenzas de la historia republicana. Pero a los hinchas del primer presidente “indio” no les importa, y menos que no hable ningún idioma indígena, no comparta su cultura ni viva como ellos. Su visión del mundo se reduce a que Evo representa TODO el bien, inconsistencia con sus propios valores incluida: lo blanco puede, mañana (con o sin apego a las leyes) transformarse en negro y viceversa. Este esquema funciona igual que un deísmo despojado de la razón: sólo Evo es infalible y García Linera, su mensajero.
Cuestionar de forma racional esta verdad “religiosa” acerca del guía espiritual de la humanidad no es posible. Mejor cambiar de sexo a las piedras o hacer dar marcha atrás al tiempo. Por eso los mazis no mudan de opinión pese a las mentiras y desvaríos del hermano mayor. Su “base”, en Chapare, es “pura”, de lo contrario, ejercerían su pensamiento crítico para expulsar a los impostores fundando el MAS–1.
Si los expresidentes “neoliberales” le hubieran “metido nomás” al Tipnis y a Tariquía, habrían sido víctimas instantáneas de la furia “popular”. Evo no. El defensor de la madre tierra cosecha aplausos por destruir esas áreas protegidas tan importantes para el medio ambiente.
No voy a preguntar si Morales y García Linera quieren (trans)formarnos en gilipollas obligándonos a escuchar (aceptar) lo que mi madre me acusa de escribir: “boberías”. En realidad vamos a MAS. Desde hace trece años sufrimos un concurso de lambisconería donde la mentirijilla ya no sirve: hay que mentir, engañar MAS y divagar peor hasta parecer retrasados mentales. Los Kjarkas, vía Gonzalo Hermosa, aseguran que Evo es un “regalo” de Dios. Dámaso Ninaja, el humilde alcalde de Achocalla, se arrodilla ante el presidente “genio”. El gobernador de Chuquisaca, Esteban Urquizu, llega a MAS y asegura que Evo Morales fue enviado por Dios. Lo de “genio” puede pasar. Pero, ¿enviado de Dios en un país donde la mayoría creyente no diferencia entre el Hijo, el Espíritu Santo, el Padre y la Pachamama? Grave. MAS que un vulgar culto a la personalidad, es un exabrupto ofensivo para creyentes sinceros. ¿O será que Urquizo y los Kjarkas son profetas que “comercian” (lenguaje bíblico) con la divinidad?
Ante al silencio del cardenal Toribio Ticona, perdí un par de días pensando en una manera juiciosa de responder a Urquizo. No la encontré por las limitaciones de mi razón. Ofrezco, empero, plagiando su “lógica”, una respuesta. Burla, burlando: yo no envié a nadie. Vale.