Medio: El Deber
Fecha de la publicación: domingo 07 de abril de 2019
Categoría: Órganos del poder público
Subcategoría: Órgano Ejecutivo
Dirección Web: Visitar Sitio Web
Lead
Contenido
Eso dijo don Juan E. (el ‘tenorio’ de La dama y la Embajada) y, de inmediato, se me antojó que bien pudiéramos hacer una opereta en la que debiéramos poner a don Philip Goldberg, como el ‘celestino’ que, por allá por 2006, urdió la manera de lograr que los caminos de ‘don Juan E. y la Gabrielita’ se crucen en algún acto de la campaña masista y que estos terminen acaramelados, mirando un futuro en el que él fuera presidente y ella la primera dama oculta, porque a él no se lo podía ver casado con nadie que no sea Bolivia; es decir la patria, hasta que un 21F lo hicieran perder el aprecio de la gente y lo dejaran fuera, legalmente, de la carrera presidencial.
Digo, si Morales acude al peor momento de su historia política para llamar la atención, significa que, o está muy mal la relación con su ‘voto duro’, o, por el contrario, hizo algo que teme que sea descubierto y, si acaso lo es, acudirá de inmediato al remanido (vulgar, común, nada original) griterío de que fue el imperio el que inventó la manera de “atacar con mentiras”, por que no soportan que un indio (jefe y del sur) sea presidente de una Bolivia hoy “digna”.
Pero hasta que aquello ocurra, sería bueno recordarle a don Juan E. que fue él quien, en fecha 18 de junio del año 2007, realizó la inscripción de Ernesto Fidel (demás generales harto conocidas); y no solo eso, también reconoció la paternidad del citado niño, el cual ni siquiera nació físicamente sino en papeles; es decir que tal inscripción de nacimiento fue un delito contra la fe del Estado. Pero eso no pareció importar nunca a don Juan E. y a las autoridades circunstanciales de Registro Civil.
Revisé nuevamente los papeles y no pude encontar a Philip Goldberg entre los mismos: Lo que vi es que un señor Escalera Calizaya y otro de apellido García Soria actuaron como testigos. En fin, ahí lo dejo.
Hurgué en mi memoria y recordé que la Gabriela Zapata Montaño gestionó el viaje de Morales a China, patrocinado por Citic Group, empresa con la que sentaron las bases para que la misma se haga cargo de la explotación del salar de Uyuni, cosa que finalmente no se hizo, pero el viaje se hizo y la dama en cuestión, motivo de los desvelos (de los buenos y los malos) de don Juan E. logró su cometido.
Recordé también que la agraciada joven de las extensiones permanentes y el ‘look fashion’ presidiario tuvo una empresa que se llamó Consilium, que estuvo ligada a la construcción o reacondicionamiento de Puerto Tamarinero y, probablemente, hasta en el proyecto multinacional de mejoramiento de los ríos de la Cuenca del Plata, proyectos de una buena cantidad de dinero.
Solo para que quede constancia, también se registró en nuestra memoria todo lo concerniente a las tropelías de la señora en la oficina de la primera dama del Estado; es decir en la oficina de Gestión Social, dependiente de la Presidencia. ¿Dónde más podría estar la joven, sino ahí? En fin, don Juan E. no parece recordar que eso se logra porque alguien o varios le facilitaron el paso a la dama.
Estuvo también la dama metida en negocios con la Gobernación de Tarija (gestión Lino Condori). Ahí queda registrado el nombre de Javier Soliz Canedo, su representante, y en CAMC, donde, “al lado del Presidente”, (texto de una separata publicada) irían a hacer cosas grandes para el país… Hasta que aparecimos nosotros y ya saben qué pasó.
Pudiera seguir, pero no le hallo sentido. Al fin de cuentas estaba buscando solo un registro de constancia de la Embajada de EEUU en este caso. No lo encontré, aunque bien pudiera seguir escribiendo sobre la pareja que en las dos primeras décadas del siglo 21 jodió al país…