Medio: El Día
Fecha de la publicación: sábado 06 de abril de 2019
Categoría: Debate sobre las democracias
Subcategoría: Democracia representativa
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Doctrinalmente se define el Estado como la sociedad jurídica y políticamente organizada. Sin embargo, en la actualidad los conceptos van evolucionando de acuerdo al ritmo cambiante societario, porque han de evolucionar los productos de cultura de una determinada sociedad.
Por ejemplo, en este siglo XXI se habla de derechos progresivos, que nacen como consecuencia de lograr más protección a los derechos humanos que surgen en el devenir histórico de la vida de los pueblos. Y, por lo tanto, cualquier institución creada por el ser humano, lo que debe hacer es darle primacía a aquellos derechos que nacen de la existencia humana y, que siempre surgirán nuevos derechos porque el hombre es el centro de la creación, y el depositario de las reglas legales, éticas y morales de convivencia social, independientemente de las leyes de protección del ecosistema porque este planeta tenemos que cuidarlo y no provocar su convulsión masiva, que terminará mutilando toda especie viva sobre la faz de la Tierra.
Mucho se debate en la actualidad, si los Estados están cumpliendo su rol protagónico de dotarle a la sociedad de los servicios públicos que generan estabilidad social. Se discute si ha mejorado la calidad de los Estados, de la eficacia y control estatista de las empresas, si da protección y garantías de inversión a la empresa privada, así como del ejercicio y de las libertades individuales y colectivas, el respeto de los derechos humanos y la propia participación ciudadana en el ejercicio político de control de los actos de la función pública. Incluso, si el voto ciudadano es determinante en ciertas políticas públicas u otros temas que interesan a los Estados, y, si se respeta o no, la democracia directa de la participación popular con dicho voto ciudadano. Sin embargo, en este campo no tenemos parámetros exactos de medición de la calidad estable de las organizaciones sociales, porque mientras, para algunos, los actos de la función pública son buenos para otros no y lanzan sus observaciones blasfemas, anacoretas y calumniosas, y, a veces sin fundamento y, sólo por desprestigiar al adversario político circunstancial. Sin embargo, esto no ocurre en el campo económico, que sí podemos precisar los indicadores cuantitativos y cualitativos como el producto interno bruto, el ingreso per cápita, el índice de desarrollo humano, etc.
Se sostiene actualmente, que aquellos países que han sabido sopesar y garantizar la libertad personal con la máxima eficiencia de igualdad social y de seguridad económica son los que han generado mayor desarrollo político. El desarrollo político en las sociedades contemporáneas, se sustenta en que la población viva en plena libertad respetando los derechos de cada uno, así como también la dignidad y equidad social con seguridad económica, alimentaria, social y ciudadana.
Nunca olvidemos, que el respeto al derecho ajeno genera la paz a los hombres de buena vecindad.
Nuestros gobiernos en todo el mundo, deben entender que no se puede transar la libertad por el dinero ni la pobreza puede suplirse con más libertad de la gente.
El desarrollo político de los pueblos se da a través de una buena organización y administración de la sociedad en su conjunto, el progreso de la conciencia y la ética, el respeto a la empresa privada siempre que se enmarquen a la ley y cumplan sus postulados y la asimilación de la sociedad del conocimiento. Jamás debemos olvidar que el poder institucionalizado, se apoya y valora sobre instituciones estables y permanentes que son la base de la democracia del siglo XXI. Todo ello se sustenta en el desarrollo del ser humano, que es el que hace la historia y merece respeto pleno a su desarrollo integral, garantizando sus derechos fundamentales. Y debe estar casada la libertad con el bienestar de la población para generar una sociedad más justa y con paz social.