Medio: Página Siete
Fecha de la publicación: jueves 04 de abril de 2019
Categoría: Procesos electorales
Subcategoría: Elecciones nacionales
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No está mal que la familia acompañe al candidato en la campaña electoral, siempre que no se presente un dilema ético en esa presencia. En los últimos días, ha causado polémica el discurso de Claudia Fernández, la esposa del vicepresidente Álvaro García Linera, en un acto de entrega de enseres a una organización de lustrabotas, no porque se haya tratado de un acto de proselitismo del candidato a vicepresidente del MAS, sino porque ella es presentadora de noticias y como tal tendría que mostrar imparcialidad.
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No sería raro que a Fernández en algún momento le toque informar sobre sus propias actividades, lo cual, al margen de desatar una que otra risa, implica un serio conflicto de intereses.
Pero, hay un detalle más, la pareja asiste a los actos acompañada de su pequeña hija Alba, la que también aparece en videos que muestran el lado humano del Vicepresidente. Este hecho también es cuestionable, porque se trata de una menor de edad, cuyos derechos deberían ser preservados en época electoral. Fernández ha dicho que no es política y que sólo estaba en un acto de solidaridad, sin embargo, el efecto no fue ése.
