Medio: El Día
Fecha de la publicación: miércoles 14 de febrero de 2018
Categoría: Representación Política
Subcategoría: Revocatoria de mandato
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Una primera lectura sobre este importante asunto ofrece la impresión de un fortalecimiento de la democracia boliviana, puesto que supone la vigencia de un control social efectivo. El hecho que sea señalada la gestión municipal, permite suponer, otra vez, que se han detectado deficiencias e irregularidades en el manejo de los recursos públicos a nivel local, y que existen evidencias para exigir la discontinuidad del mandato de las autoridades municipales, en este caso. El mismo procedimiento se aplica con las gobernaciones. Los detractores políticos de los gobernadores pretenden que estas autoridades se sometan a escrutinio popular para decidir su alejamiento del cargo.
Sin embargo, un análisis más sereno de este procedimiento democrático cuyo propósito esencial es lograr un cada vez mejor nivel de gestión de los municipios y gobernaciones, nos proporciona un factor de contaminación, al menos en la actual coyuntura histórica y política del país. La contaminación de lo que debería ser un mecanismo de expresión popular no es otra que la práctica de la politiquería por intereses subalternos y no precisamente en defensa del interés común. Todo indica que en la mayor parte de los casos se busca atacar, con razón o sin ella, al adversario político de manera que se trunque su gestión. Se trata de despojarlos de sus mandatos y apropiarse de los mismos.
Lo que se está viendo con respecto a las solicitudes de revocatorio del mandato de autoridades, resulta ser una muestra más de lo mucho que nos falta, como país, para practicar la democracia participativa sin otro interés que la búsqueda del bienestar común. Todavía prevalecen, con fuerza destructiva, los intereses políticos partidarios que pretenden el desprestigio de los rivales en una lucha que relega a un segundo término los objetivos históricos del poder político en beneficio de la población y el país en su conjunto. En este escabroso terreno, tanto el oficialismo como la oposición han recurrido a las prácticas degenerativas del ejercicio de la política con propósitos turbios.
Esto es, que se ha preferido a sabiendas, alcanzar la ganancia personal o de grupo para fines egoístas. No debe extrañar, por ello, que un considerable número de autoridades municipales haya sido observada y que luego será sometida a un intento de revocatorio. La ciudadanía y la opinión pública esperan que este procedimiento democrático sea para bien. No obstante, los resultados de los revocatorios mostrarán al final de cuentas si la democracia ha encontrado un rumbo para su fortalecimiento o, por el contrario, la persistencia de prácticas de politiquería por las agrupaciones políticas seguirá socavando todavía más los pilares de un proceso democrático digno de mejor destino.
Al final se sabrá si la democracia ha encontrado en los revocatorios un rumbo para su fortalecimiento o, por el contrario, la persistencia de prácticas de politiquería por las agrupaciones políticas seguirá socavando todavía más los pilares de un proceso democrático digno de mejor destino.