Medio: Ahora el Pueblo
Fecha de la publicación: viernes 29 de marzo de 2019
Categoría: Procesos electorales
Subcategoría: Elecciones nacionales
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El estudio muestra, además, que la gente evidencia sentimientos de esperanza, tranquilidad y confianza frente a la actual situación política y económica del país.
Precisamente la confianza es uno de los pilares para el desarrollo de una nación. La confianza es una de las fuerzas que configuran a la sociedad, la cual es base para el capital social, según la investigadora Carolina Ovares.
Por ejemplo, cuando una persona hace negocios con otra a la que conoce y sabe su comportamiento, su honradez y su carácter, solo necesita saber si tiene solvencia para realizar los pagos. Pero si toma a otro como socio, deberá conocer no solo su situación patrimonial sino su personalidad, honradez, el grado de confianza que merece, el temperamento que tiene, si es resuelto o vacilante, etc. Y sobre ese conocimiento mutuo descansa no solo la relación, sino el futuro de la misma.
Este relato fue descrito por el filósofo y sociólogo alemán Georg Simmel para mostrar la importancia de “la confianza”, a la que conceptualizó como “una hipótesis sobre la conducta futura del otro, hipótesis que ofrece seguridad suficiente para fundar en ella una actividad práctica”.
En ese sentido, la encuesta detecta que prevalecen las sensaciones positivas sobre la situación política y económica del país, entre ellas la confianza.
El estudio muestra que la gestión de Evo Morales recibió el respaldo de dos de cada tres encuestados (64%), que la consideran entre Muy Buena / Buena / Regular Bien.
Señala también que hay un consenso en torno a la mejora de las condiciones de vida que ha propiciado el actual modelo económico. Es decir, seis de cada 10 personas consideran que les ha beneficiado y más de la mitad de los entrevistados afirma que los niveles de consumo han mejorado, así como el bienestar general de la población, el empleo y los salarios.
Estos indicadores evidencian la confianza de los bolivianos en los resultados de la Revolución Democrática y Cultural y en el Modelo Económico, Social, Comunitario y Productivo.
Estos paradigmas se expresan en un crecimiento económico líder en la región, en una disminución de la pobreza (del 38,2% de pobreza extrema en 2005 al 15,2% en la actualidad), en la reducción de la desigualdad, en la redistribución de la riqueza, la inclusión social, la apuesta a la industrialización, etc.
Además de ello, se cuenta con la Agenda del Bicentenario, una hoja de ruta de Bolivia hacia el desarrollo, un líder carismático/histórico (Evo Morales), y un clima de estabilidad y paz social propicio para el salto a la industrialización y al crecimiento.
La misma encuesta sitúa al candidato Carlos de Mesa en segundo lugar con el 35% de intención de voto.
Si se aplican los criterios de confianza de Simmel (“una hipótesis sobre la conducta futura del otro” o la importancia de saber “el temperamento que tiene, si es resuelto o vacilante”) respecto al postulante De Mesa, se tiene los siguientes indicadores:
-Durante su gestión, De Mesa renunció al menos tres veces a la presidencia. Si cumple sus aspiraciones presidenciales, ¿volverá a renunciar cuando se presenten problemas?
-También renunció a la vicepresidencia en la gestión de Gonzalo Sánchez de Lozada.
-Prometió “justicia” a los alteños sobre la Masacre de Octubre de 2003, pero se negó a testificar contra Sánchez de Lozada.
- Dijo que no tenía una cuenta bancaria en el exterior, pero luego indicó que se olvidó que sí la tenía.
-Habló de terminar con el rentismo, pero luego retrocedió.
- Indicó que no cobró por su vocería en la demanda marítima, pero dos diputados demostraron cifras millonarias de los gastos de él y de su equipo.
Por lo explicado, ¿se puede confiar en el aspirante Carlos de Mesa?