Medio: El País
Fecha de la publicación: viernes 29 de marzo de 2019
Categoría: Representación Política
Subcategoría: Procesos contra autoridades electas
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En agosto de 2014, muchos no salían de su asombro al enterarse de que el gobierno de Bolivia había designado como su embajador en Japón a Erick Saavedra Mendizábal.
El flamante diplomático era el segundo en 9 años de gestión que salía de las filas empresariales. Pero eso no era lo curioso. Saavedra es el hijo del dueño de la distribuidora de Toyota en Bolivia. ¿A qué iba a Tokio?, ¿a seguir impulsando sus negocios?, ¿a prolongar sus funciones de gerente de la marca japonesa en La Paz?
Lo indudable es que Toyosa y el gobierno del MAS vivían un idilio. Un año antes de la designación, Edwin Saavedra Toledo, el padre del futuro embajador en Tokio, inauguraba, junto a Evo y Álvaro, la construcción de la estación del Teleférico bautizada como “Libertador”, en las inmediaciones de la Curva de Olguín, en la ciudad de La Paz. La línea verde del transporte por cable hace una de sus paradas junto al inmenso garage de Toyosa en Obrajes. “Escuché las palabras del presidente de Toyosa, saludamos su participación del empresariado que quiere aportar por la patria”, dijo Evo Morales en el acto. Saavedra Toledo donó parte de su inmenso terreno a esta obra pública.
¿Un filántropo sobrado en metros cuadrados? Nada de eso. Saavedra quiere construir ahí cientos de departamentos. Cuando los ofrezca en venta le dirá a sus potenciales compradores que por ahí se descuelga el teleférico y que además hay una parada del bus Pumakatari.
La apoderada legal de Toyosa se llama Maricruz Medrano Strelli. Ella está casada con el concejal Fabián Siñani, uno de los hombres de mayor confianza del alcalde Luis Revilla e importante dirigente de SOL.BO.
El 6 de diciembre de 2017, el concejo municipal de La Paz aprobó un convenio con Toyosa. Según la concejala Cecilia Chacón, el documento que da luz verde al gran proyecto inmobiliario de Saavedra, se aprobó en menos de 5 minutos. En tal aprobación se contó con el voto de Siñani, pese a existir un claro conflicto de intereses.
EL VIDEO
Como se prueba en el video que acompaña este texto, la sesión designada para tocar el tema estaba programada para el 7 de diciembre, pero en la sesión del 6, los concejales deciden por dos tercios, tocar el asunto 24 horas antes, porque una de las concejalas no podría asistir el 7. El quörum estaba al límite. Si Siñani dejaba la sesión, se la hubiera tenido que suspender.
Quien no estaba en la sala era Cecilia Chacón, porque asistía a una reunión con vecinos. En su ausencia y con el voto del esposo de la apoderada de Toyosa, Saavedra consigue el permiso para construir sobre más de 300 mil metros cuadrados, un complejo de edificios de hasta 65 pisos.
En 2013 le autorizaron bloques de 18 pisos y una superficie 200 mil metros más chica. Todo ello, lo de 2013 y lo de 2017, va contra las normas. En la zona, dice Chacón, no se puede edificar más arriba del sexto piso.
Siñani se defiende diciendo que la bancada del MAS estuvo acompañando todo el proceso. Esa sería la prueba de que hubo mirada fiscalizadora por parte de la oposición. ¿Oposición? Ya sabemos que cuando hablamos de Edwin Saavedra y su hijo embajador, está claro que el MAS no sabe oponerse.