Medio: Página Siete
Fecha de la publicación: viernes 22 de marzo de 2019
Categoría: Procesos electorales
Subcategoría: Elecciones subnacionales
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A estas alturas de la tan penosa historia del MAS, que ha desperdiciado la posibilidad de trascender al MNR y fundar una nueva época, el Estado Plurinacional es lo único que les queda. En verdad, no, lo único de aparente legitimidad que les quedaba. Porque cuando se inventaron un par de trucos de mago barato, amparado en dos tercios de levantamanos, para forzar su sobrevivencia, dieron sus últimos manotazos de ahogado. El intento de reelección es sólo eso: un truco para extender su esperanza de vida política y poder distribuir nuevamente a su siempre hambrienta clientela más pedazos de aguinaldos de campaña.
Pasar del Estado Nacional al Estado Plurinacional implicaba varios saltos. De la identidad mestiza a la identidad intercultural. Del extractivismo al desarrollo sostenible y la economía naranja. De la democracia desde el Estado a la democracia desde la sociedad. Del monopolio partidario de la representación a la expansión de la participación. Del caudillo monolítico al liderazgo colectivo. Nada de esto –conste que no es todo– pudieron siquiera concebir ni menos alcanzar. Es la dimensión de su fracaso. El Estado Plurinacional reducido a un patético museo de Orinoca.
Como siguen agonizando en el siglo XX (dice usted que el MAS es “el liderazgo estatal indígena popular de izquierda”) no les queda otra que hacer cada vez más evidente su confusión, mezclando arbitrariamente categorías que no admiten combinación. Y como apenas repiten un par de elementos básicos del Estado de Derecho en el que no creen (“Las oposiciones, si quieren ser opción electoral, tienen que entender que la democracia es institución política, no sólo coyunturalismo electoral”), demandan a la oposición lo que no cumplen como gobierno.
Ustedes han degradado la política a la guerra interna, a la librada entre connacionales que es la más terrible de todas porque persiste en el odio fraterno: debo derrotar definitivamente al hermano traidor, al que nos vende al enemigo, al que canibaliza nuestros recursos. Han reducido la política a la guerra porque están ciegos ante la vida social. La sociedad no está compuesta por machos y hembras; está compuesta por hombres y mujeres, por la infinita diversidad de relaciones de género, políticas, económicas, culturales, ecológicas, artísticas que nos reúnen.
Ustedes han enterrado con la coca chapareña el extractivismo, la corrupción estatal y el profundo machismo de su vida diaria la oportunidad histórica que tuvieron. El Estado Plurinacional nunca existió más allá de su demagogia electoral y de su ignorancia política. Aún así, es necesario debatir con aquellos de ustedes que en el MAS se atreven a escribir dos frases por año lo poco que es posible debatir.
De esta manera, si tuvieran la mínima valentía intelectual que corresponde tener en la tan difícil situación nacional a la que nos han conducido podríamos retornar como país a la vida política. Y no continuar reduciendo la política a la guerra, como lo hacen todos los días en su permanente campaña de odio.