Medio: Opinión
Fecha de la publicación: domingo 10 de marzo de 2019
Categoría: Representación Política
Subcategoría: Democracia paritaria
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A lo largo de estos 35 años se obtuvieron logros importantes como hacer
visible el carácter androcéntrico de muchas leyes, la interpretación
sesgada de los/as operadores de justicia basados en prejuicios y
estereotipos de género, el incumplimiento a los compromisos adquiridos
por Bolivia
a tiempo de ratificar los tratados de Derechos Humanos. Se desarrolló
un modelo de atención de calidad y con mucha calidez humana para
víctimas de violencia machista, discriminación y explotación laboral. Se
implementaron programas de formación básica en conocimiento de derechos
dirigidos a mujeres, llegando a formar defensoras de derechos humanos
en el área urbana y rural.
Lo que se esperaba era que esos
modelos de intervención sean adoptados e implementados por todos los
municipios del país; sin embargo, se impusieron el desinterés, la falta
de compromiso sincero para construir una sociedad en la que la igualdad y
la equidad entre mujeres y hombres sea una realidad, y lo que hoy
existe son instancias carentes de recursos humanos en cantidad y calidad
y sin presupuestos; en consecuencia, con escasa utilidad para las
mujeres y la sociedad. No existe voluntad política para recoger la
experiencia acumulada a lo largo de tantos años.
Al presente, las
amenazas de retroceso en el ejercicio y protección de los derechos de
las mujeres son evidentes, como todo lo social, sus demandas y
aspiraciones son medidas en clave electoral y entre tanto no se asegure
un apoyo incondicional, el abandono a las políticas de género tiende a
profundizarse para volver a un pasado de dominio patriarcal absoluto.
Las señales de este retroceso son evidentes y abundantes como ser el
incremento de las violaciones sexuales, los feminicidios, la violencia
en las relaciones de pareja, la discriminación laboral, acoso sexual,
acoso político, la proliferación de discursos sexistas y otros que,
para colmo, son festejadas por mujeres en ejercicio del poder político.
Esperemos que no tengamos que esperar otros 35 años para que la igualdad sea una realidad.