Medio: Opinión
Fecha de la publicación: domingo 10 de marzo de 2019
Categoría: Representación Política
Subcategoría: Renuncias y cambios de autoridades electas
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Seguramente, cuando aprobaron la alternancia en los cargos no se imaginaron que ese acuerdo sería usado para algunos negociados.
El
jueves, este medio de comunicación reveló que dos concejales de Vinto,
Hugo Cáceres y Martha Choque, ambos elegidos con la sigla del MAS, se
vieron “obligados” a pagar a sus suplentes para quedarse en el cargo.
El
conflicto por la alternancia en ese municipio se arrastra desde abril
de la gestión pasada. Pero, este año, se agudizó aún más, al punto de
que las puertas de ese municipio fueron tapiadas. Ahora, ya tomaron
protagonismo en el problema “las bases” de ambos bandos: de los
titulares y de los suplentes.
Resulta escandaloso saber que
Cáceres tuvo que pagar 21.000 bolivianos y Choque 22.000 bolivianos para
que sus suplentes los “dejen trabajar”.
Pero, el problema
derivado de la alternancia de los concejales no solo se presenta en
Vinto. El 11 de abril del año pasado, nueve legisladores suplentes
elegidos en Colcapirhua por el MAS, Frente Para la Victoria (FPV) y los
Demócratas tapiaron las puertas del Concejo Municipal y se declararon en
huelga, exigiendo que los titulares renuncien para cumplir con la
alternancia. Luego de varios días y de arduas negociaciones, llegaron a
acuerdos que pusieron fin a ese conflicto.
Posteriormente, el 24 de abril de ese mismo año, en Quillacollo,
dos concejales masistas se declararon en huelga de hambre. Al final,
acordaron una solución con la mediación de dirigentes departamentales
del MAS.
Llama la atención que en todos los casos, los
concejales suplentes aseguran que colaboraron en la campaña para que el
titular gane y que, previos pactos y compromisos, esa “inversión”
realizada sería devuelta con la alternancia en el cargo.
El
acuerdo para que los suplentes asuman funciones de forma alternada se
cumplió de manera pacífica y sin problemas en algunos municipios como el
de Independencia, mientras que en otros persiste el intento de llegar a
la titularidad.
En el caso de los diputados y senadores del
partido en función de Gobierno, titulares y suplentes cumplen sus
funciones sin dificultades.
Esa determinación de la alternancia
solo fue asumida por el MAS hace casi seis años y, lo que fue aprobado
para que todos trabajen de forma coordinada e igualitaria, se ha
convertido en la “manzana de la discordia” para algunas autoridades.
Más
allá de los acuerdos partidarios, lo que preocupa es que esos
constantes conflictos no solo involucran a los protagonistas, sino que
es el ciudadano de a pie el que está pagando las consecuencias de esos
hechos.
Si nos referimos a Vinto, Quillacollo
y Colcapirhua, donde han intervenido organizaciones sociales y otras
instancias, se paralizó el trabajo de las alcaldías, porque, en algunos
casos, fueron tapiadas las puertas de la institución.Ese hecho no solo
imposibilita a los ciudadanos realizar trámites, sino que esos
municipios dejan de recibir importantes ingresos.
Ojalá que quienes pugnan por el poder dejen de lado sus intereses y piensen en el bien común.