Si bien la celebración mundial del Día Internacional de la Mujer, el 8 de marzo, fue motivo para exaltar los avances en la defensa y empoderamiento de la mujer boliviana, también se convirtió en una jornada de reflexión sobre cuánto queda por hacer.

Al presidir la primera sesión del Gabinete de la Mujer, el mandatario reconoció que pese a una la cantidad de disposiciones legales adoptadas en los últimos 13 años del proceso de cambio, se imponía la adopción de otras normativas para proteger a las féminas de la violencia.

Dijo Morales que medio centenar de normativas fueron aprobadas, pero muchas de ellas no se implementan -un clamor a voces de activistas femeninas- y tampoco son conocidas por las beneficiadas.

Todo lo cual, según el mandatario, contrasta con los logros alcanzados de empoderamiento de las mujeres en la vida política nacional, que se traduce en una representación del 51 por ciento en la Asamblea Legislativa Plurinacional (Parlamento), y el 51,5 en los puestos de concejales, a nivel municipal.

También un 46 por ciento de las autoridades del Poder Judicial son féminas y constituyen la mitad en el Tribunal Supremo Electoral, cuya titular es María Eugenia Choque.

Entre las siete nuevas normativas anunciadas por Morales la primera permite a los padres y madres una media jornada laboral a fin de cuidar mayor tiempo a los hijos menores, muchas veces víctimas de violaciones.

Se instruyó la especialización del personal de la Fuerza Especial de Lucha contra la Violencia, a fin de que las víctimas reciban asistencia profesional; y la implementación de un sistema de alerta temprana vía celulares para avisar a las autoridades en caso de maltratos.

Una de las normas establece la legitimación de las plataformas sociales femeninas -mediante la ley- con el objetivo de facilitar que sean parte de los procesos judiciales en defensa de sus derechos.

Otra tiene que ver con la fusión de los casos penales de violación y homicidio para que sea un proceso judicial único.

Igualmente, se procederá al reordenamiento de los juzgados para facilitar el procedimiento de atención de denuncias.

Al respecto, Morales solicitó la participación de las organizaciones femeninas en la elaboración de los proyectos, y en el seguimiento y aportes en las comisiones de la Asamblea Legislativa.

Se refirió además el mandatario a otras iniciativas como el reforzamiento de los valores en los programas curriculares de educación y la formación docente en temas de la violencia.

La idea también es dar mayor visibilidad al Servicio Plurinacional de la Mujer, una de las instancias creadas con el auspicio del actual Gobierno, la cual lleva el nombre de Ana María Romero, la primera Defensora del Pueblo.

Recordó el gobernante que ‘esta lucha no es solo una tarea del Estado, sino de toda la sociedad boliviana’.

Durante el proceso de cambio iniciado tras el ascenso de Morales al poder, en 2006, las mujeres fueron beneficiadas con la titularidad de las tierras (un 45,6 por ciento), las viviendas sociales (33,0 por ciento entregadas a féminas); la escolarización, con una tasa de abandono escolar de apenas 1,5 puntos porcentuales (4,0 en 2005) y un incremento de la esperanza de vida; unido a una reducción de las tasas de mortalidad materna e infantil.

En reconocimiento a las reivindicaciones y luchas del sector, el proceso de cambio facilitó -y viabilizó- una participación creciente de las mujeres en la vida política del país y en los espacios de decisiones como el Parlamento y el Gobierno.

Bolivia en este indicador ocupa el segundo lugar en el mundo en paridad de género y es el único país que cuenta con una ley contra el acoso y violencia política hacia a las mujeres.

La secretaria ejecutiva de la Federación Sindical de Trabajadoras Mineras de Bolivia, Elizabeth Alcón, agradeció al presidente por lograr que las mujeres sean reconocidas en la Constitución Política del Estado y trabajen por una sociedad equitativa y sin violencia.

Para la titular de la Cámara de Senadores, Adriana Salvatierra, Bolivia resalta con esos logros por haber alcanzado la equidad, uno de los pocos países en América Latina.