- La Razón - Ante la electoralización del país, vocal Tahuichi advierte a partidos políticos
- La Razón - Arce: La troika Camacho, Mesa, Morales busca estrangular al Gobierno y adelantar elecciones
- VISION 360 - ¿Cuáles son las tareas necesarias para asegurar las Elecciones Generales de 2025?
- Correo del Sur - Diputado Roca denuncia agresión física de un colega de CC
- Correo del Sur - Asambleísta sugiere a Condori que aproveche su cercanía con Arce para anular la Ley de Escaños
- Los Tiempos - APB-Súmate asegura que Manfred Reyes Villa está habilitado como candidato
- EJU TV - Vicepresidente del TED Santa Cruz informa que el plazo para tramitar certificados de excepción vence el 14 de enero
- El Deber - Elecciones 2025: Otra vez el resentido debate del voto ciudad y voto rural
- El Deber - Tribunal Supremo emitirá el 10 de abril el calendario y la convocatoria a elecciones generales
Medio: Ahora el Pueblo
Fecha de la publicación: sábado 09 de marzo de 2019
Categoría: Procesos electorales
Subcategoría: Elecciones nacionales
Dirección Web: Visitar Sitio Web
Lead
Contenido
Tamaña falacia comparada con lo que verdaderamente acontece en el quehacer cotidiano de la sociedad boliviana y para quienes a diario observamos el comportamiento y el sentir precisamente de nuestra sociedad, que precisamente por estos días observa cómo la falsa imagen creada sobre Carlos Mesa se va cayendo a pedazos, mostrándolo en realidad tal cual es, alejado completamente del pueblo boliviano, viva y fiel expresión del candidato impostor a quien más allá de algunas gesticulaciones lo delata el aire de “superioridad” que va exhalando a su paso toda vez que entra en contacto con los demás.
No obstante de lo último que manifestamos en estas líneas, esos ‘medios’ a los que hacemos mención son los que de forma casi obstinada no escatiman ningún recurso para posicionar a su candidato Mesa como al mejor ubicado, y a quien estaría predestinado a disputar la silla presidencial al candidato sin duda más fuerte, como lo es el actual presidente Evo Morales. Esta actitud periodística no nos sorprendería para nada si dichos ‘medios de comunicación’ tendrían la valentía de expresar de manera pública que han tomado partido por uno de los candidatos, lo cual en ningún momento y desde nuestro punto de vista podría considerarse como un ‘pecado’, todo lo contrario, deberíamos avanzar en materia periodística y así ser capaces los medios de asumir una posición política e ideológica e identificarse en consecuencia con alguna de las tendencias políticas existentes en el mundo en general.
Lo que sí es reprochable y ocurre hace muchísimo tiempo es que dichos medios se escondan bajo el rótulo de ‘periodismo independiente’ y con esa máscara ataquen de forma ininterrumpida a sus adversarios políticos más importantes y quienes hoy precisamente están en función de gobierno.
De acá en adelante podrán publicar muchas más ‘encuestas’ que favorecerían a Mesa, pero lo que no podrán detener es el sentimiento de rechazo cada vez más creciente en el seno del pueblo boliviano precisamente hacia Carlos Mesa, corresponsable de los sucesos de febrero y octubre de 2003, y del consiguiente descalabro económico, político y social originado en el país por su mentor Gonzalo Sánchez de Lozada al haber casi subastado a Bolivia en tiempos de auge del neoliberalismo.
Desde esta columna lo que sí afirmamos es que un supuesto triunfo electoral de Carlos Mesa sería lo peor que podría pasarle a Bolivia dados los antecedentes de pusilanimidad y cobardía que muy bien exhibe el ‘candidato favorito de la derecha boliviana’. De ahí que la sociedad boliviana debe de reflexionar muy seriamente y no caer en la tentación de rifar toda una década de estabilidad económica, política y social alcanzada, así como días de dignidad y ejercicio de soberanía que al presente experimentamos y que muy pocas veces observó el pueblo boliviano en las acciones de sus gobernantes.
La responsabilidad de cada uno de los bolivianos es, por tanto, muy importante a la hora de asumir una decisión frente o ante las urnas, por consiguiente a no equivocarse si deseamos continuar mejorando como país, lo que implica que al mismo tiempo seamos capaces de avanzar con base en la crítica y la autocrítica y en consecuencia corregir muchas cosas que hacen falta corregir en el accionar gubernamental, claro está.