Cochabamba tuvo tres alcaldes en ocho meses, ¿qué implica eso para el municipio?

Los cambios comenzaron en abril (21) de 2018 cuando se ordenó la detención del alcalde electo José María Leyes, lo que significó un duro golpe para el municipio porque no se avanzó con todo lo proyectado para la gestión. Inicialmente Leyes estuvo con detención domiciliaria y el Concejo Municipal designó (en mayo) a Karen Suárez como alcaldesa interina; yo asumí en diciembre (6), después que el alcalde fue enviado a un centro penitenciario.

¿Cómo afectan estos cambios a la población?

Como autoridades hemos perdido credibilidad y se detuvo el desarrollo de la ciudad. Hasta abril de 2018 solo se había ejecutado el 14% del presupuesto. Para terminar con algo decoroso, concluimos con un 75% porque éramos sede de los Juegos Sudamericanos. Hicimos grandes esfuerzos para construir los centros deportivos.

Demócratas tenía mayoría en el Concejo, ¿cómo quedó la bancada?

Todavía somos mayoría, pero hubo un quiebre. Entre los concejales surgieron discrepancias, pero se respeta la decisión de la mayoría. No estamos unidos como antes.

¿Ha logrado distanciar su gestión del caso mochilas?

Evitamos hablar del caso mochilas (I, II y III) porque es un estigma, incluso hasta los empleados municipales son mal vistos en las calles. Somos el municipio más fiscalizado de Bolivia. Para citar ejemplos, en la gestión 2010-2015 (de Edwin Castellanos, del MAS), la Contraloría presentó 31 peticiones de informes, al momento que salí de la presidencia del Concejo (diciembre 2018) había recibido 231 notas. Los documentos que recibo son enviados a la Contraloría, no queremos más denuncias falsas.

¿Hubo denuncias falsas?

La justicia debe determinar cuáles denuncias fueron falsas y verídicas. El problema es que durante este tiempo han surgido muchas denuncias que han perjudicado al municipio; hay poco avance en la investigación y eso deja dudas.