Medio: El Día
Fecha de la publicación: miércoles 06 de marzo de 2019
Categoría: Representación Política
Subcategoría: Democracia paritaria
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Legalidad. Bolivia cuenta desde 2013 con la Ley Integral 348 para Garantizar a las mujeres una Vida Libre de Violencia, sin embargo, según un reporte de la Comisión Económica para América Latina (CEPAL) el país tiene la tasa más alta de feminicidios de América del Sur con 2,0 casos por cada 100.000 mujeres. Cada día la Casa de la Mujer recibe aproximadamente 28 a 30 denuncias. Aún así, no todos los procesos legales obtienen sentencia ni un debido seguimiento judicial.
Fabiola Rojas, responsable del área Mujer y Ciudadanía explicó que muchas veces las mujeres tropiezan con la pobre diligencia con las que se maneja en las instituciones públicas las situaciones de violencia. En el Tercer informe sobre el Cumplimiento de estas normativas publicado por Alianza Libres Sin Violencia indica datos desde 2015 hasta 2017 donde muestra que mínimamente una mujer espera una a cinco horas en instancias del Ministerio Público para sentar denuncia y que las mismas entidades públicas brindan en menor medida una atención integral, colaborativa y que provea de información necesaria sobre los procesos en curso o servicios de apoyo para las mismas denunciantes. “Yo considero si una mujer no tiene un acompañamiento psicológico rara vez termina su denuncia porque si ella va sin empoderarse y sola a las instituciones que la revictimizan, ella necesita de un profesional que la sostenga y la anime”, afirma. De igual manera, Rojas indicó que: “si no hay un presupuesto suficiente para la violencia, la ley es de pantalla”.
Los presupuestos destinados en 2018 por gobiernos departamentales para proyectos de igualdad de género y lucha contra la violencia hacia las mujeres no superaron el 1,2% del total de su asignación presupuestaria. Santa Cruz, por ejemplo solo destinó el 0,60% de los 5,5 millones recibidos.
Casos. Al cierre del año pasado, la Fiscalía expuso que se registraron más de 30.000 casos de delitos contra la mujer donde resaltaban la violencia familiar, abuso sexual a menores de edad y trata de seres humanos. En cuanto a feminicidios, desde 2013 las cifras fueron aumentando desde 26 hasta 128 casos. Según informes, cada tres días ocurre un nuevo delito, siendo La Paz, Santa cruz y Cochabamba los tres departamentos con mayor incidencia. Miriam Suárez, directora de la Casa de La Mujer opinó que el impacto de la ley 348 fue de carácter social. “La ley ha contribuido a que la violencia de visibilice, a que las mujeres aprendan a perder el miedo, a que también tenemos derechos. Antes se pensaban que las mujeres no podían acceder a la justicia y eran propiedad del marido. Hoy no, las familias quieren denunciar”, expresa.
La ley 348 ha presentado cambios en el ámbito social, institucional y jurídico. “En primera instancia, logra penalizar estos hechos como delito, de igual manera, hace de la mujer, una persona poseedora de derechos. A nivel institucional y jurídico, innovó el trabajo de protección, atención y defensa, además del acompañamiento a la víctima, se creó la Fuerza Especial de Lucha Contra la Violencia (FELCV) una instancia anexada a la Policía Nacional que se capacita en proteger los derechos de la mujer y a su vez, concientiza mediante talleres en instituciones educativas, y por último, se crearon juzgados y fiscales especializados. Aunque, la falta de presupuesto impide que estén trabajando a plenitud y tengan una sobrecarga laboral”, concluye.
Doble rol Por otro lado, la mujer cumple naturalmente con el rol de madre y en algunas ocasiones de esposa, pero a su vez, cuenta con un trabajo debido a que es fuente de ingresos para el hogar. Según la Encuesta de Condiciones de Vida del Instituto Nacional de Estadística (INE), en Bolivia las mujeres dedican 4 veces más tiempo a trabajos no remunerados y aun así pasan casi 38 horas semanales en actividades dentro del mercado laboral, sin embargo, los hombres cumplen un total de 47 horas. Según la ley General del Trabajo, la jornada laboral no debe exceder las 8 horas diarias y las 48 semanales, y para las mujeres, este no debe ser mayor a las 40 horas. Roxana Alcócer, estudiante de último semestre de psicología trabaja este tema como parte de su tesis e indica que en Bolivia se da el fenómeno del piso pegajoso. “Las mujeres tenemos cargas familiares que muchas veces en las empresas no lo logran consolidar entre lo que es el trabajo y la casa, entonces, muchas veces podría llegar a afectar a la carga horaria”, opina.
Otro problema que se da en el ámbito laboral es la notoria brecha salarial existente entre hombres y mujeres en las distintas áreas de trabajo. “No me parece justo que si una mujer hace lo mismo que un hombre, es igual de productiva sea el empleo que sea, se le pague diferente, Muchas veces la diferencia no es muy grande puede ser del 10%, pero ya es un 10% que no está justificado”, indica Alcócer. Según estadísticas del INE, en 2017 los sectores de dirección, finanzas e ingeniería presenciaron una fuerte diferencia en cuanto a los salarios exponiendo que: al nivel de directivos públicos y privados un hombre ganaba 6715 y una mujer 5311 bolivianos, en el área de trabajadores de servicio y comercio los hombres ganaban 3.214 y la mujer 2.352 bolivianos y en el área de industria, construcción y manufacturera los hombres ganaban 3.171 y la mujer 1.805 bolivianos respectivamente. Alcócer dice que en Bolivia no se tiene estudios respecto a esta problemática y los datos cuantitativos actualizados son difíciles de obtener por parte de los participantes. “No somos conscientes que estamos siendo pagadas menos que los hombres, mientras los hombres luchan por un aumento salarial, nosotras no sabemos de las leyes que nos amparan y los derechos que también tenemos”, puntualiza.
Perfiles
Emprendimiento. Las mujeres cada vez están ocupando cargos que van más allá de las áreas femeninas de cuidado, educación y hogar. En la actualidad se puede presenciar mujeres en finanzas, dirección, ingeniería, ciencia y tecnología. En esta edición, entrevistamos a cuatro mujeres que dieron un salto emprendiendo en áreas que hace 20 años serían parte del rechazo social y cultural.
Erika Cuéllar es una reconocida y galardonada bióloga que ha dedicado más de 22 años al estudio y conservación de los mamíferos en el Chaco Boliviano, gracias a su pasión de promover la conservación de la naturaleza y pese a la limitaciones de fondos para realizar investigaciones y la falta de programas postgraduales en Bolivia, ha sido merecedora de varios reconocimientos desde 2007, los últimos fueron: el premio "Rolex Award for Enterprise" (2012) y premio "Marie Curie" otorgado por la Academia Nacional de Ciencias de Bolivia. Ahora Erika ha sido seleccionada como uno de los 17 "Exploradores Emergentes" por la National Geographic y se dedica a la investigación y consultoría para entidades de Argentina, Ecuador y Bolivia. “Creo firmemente que los desafíos para lograr la conservación de la naturaleza a largo plazo van más allá de si uno es mujer. Si nosotras empezamos a considerar que el hecho de ser mujer no es una limitante, superaremos mucho más rápido este tema discriminatorio. Y lograremos lo que considero ideal, tener las mismas oportunidades como profesionales sin distinción de género”, expresó.
Jeanine Estrada, tiene 20 años se gradúo de Administración general y es coordinadora departamental de Peque Innova, un programa financiado por la embajada de Estados Unidos y apoyada por el Centro Boliviano Americano (CBA) donde niños de 5 a 12 años aprenden sobre áreas de ciencia, medio ambiente y tecnología de forma gratuita. Participó como becaria del programa SUSI para Mujeres Líderes indígenas y afro descendientes en la Universidad de Arizona durante seis semanas. “En el área científica y empresarial se puede observar mientras más alto uno avance menos mujeres encuentras, la mujer está en una posición donde muchas veces debe elegir entre ser simpática o líder y es muy difícil encontrar un equilibrio”, sostiene. Pasaron años para que la mujer fuese reconocida en el ámbito científico a pesar de sus hallazgos, por lo que Estrada piensa que en diez años formar una Corporación Multiproyectos de programas sociales dirigida al público infantil para fomentar áreas de liderazgo y ciencia con énfasis en la igualdad y el empoderamiento femenino, “hay mujeres jóvenes con un gran talento científico que solo por ser mujer dudan de sus capacidades”, concluyó.
Miriam Vargas es abogada de profesión y transportista de corazón. Actualmente es miembro del directorio del Sindicato Transportista Santa Cruz con la Cartera de Secretaria de Conflictos, puesto que se ganó mediante votación de 3000 miembros asociados, en su mayoría varones. Fue hace 17 años que comenzó trabajando con la línea 58 por curiosidad. “Casualmente yo tenía un vecino que tenía micro, yo sabía que el reto era muy difícil para una mujer, pero vi la oportunidad porque podía pasar tiempo con mis dos hijos y me resultaba más fácil poder administrarlo”, aseguró. A lo largo de su etapa laboral, tuvo varias dificultades con los choferes debido a que muchas veces los mismos abusaban de la falta de conocimiento que ella tenía cuando ingresó, de igual manera, afirmó que un continuo problema es la irresponsabilidad que tienen muchos ante su compromiso con la integridad de la línea. “Yo no ejercí como chofer,aún así, algunos días cuando recién comenzaba, especialmente los domingos, trataba de manejar mi micro, me ponía mi gorra, pero las personas no tenían la costumbre de ver una mujer manejando un transporte público”, recordó.
Daniela Ayllón es gerente nacional comercial de Credifondos SAFI S.A, empresa que pertenece al grupo Inversiones Credicorp Bolivia. Inició su trayectoria desde 1997 en la ciudad de La Paz donde egresó como Ingeniera Comercial, desde entonces se desempeñó trabajando en las áreas comerciales, finanzas y de servicios en diferentes entidades bancarias del país como ser: el Banco Nacional de Bolivia, Banco Ganadero, además, de la empresa América Textil S.A. “Hasta esa época fui construyendo y nutriendo una carga profesional y laboral, sin embargo, llega en un determinado momento ver el tema familiar y de ser madre” Ella dejó de trabajar por un corto tiempo, el cual le permitió estar pendiente de sus dos hijas, sin embargo, no logró acostumbrarse a la poca actividad que tenía. “Ciertamente por como uno está acostumbrado y con el ritmo que yo tenía, me duró poco el descanso no pasó ni un año que empecé a tocar puertas nuevamente”, comentó. Hoy se encuentra trabajando junto a un gran y único Grupo Financiero Internacional en Bolivia, "creo que he encontrado un equilibrio entre lo profesional, familiar y personal", concluyó. Reside en Santa cruz desde hace 4 años.
Ayllón es uno de los varios ejemplos de perseverancia y convicción que caracteriza a la mujer boliviana en la actualidad. Ser mujer es sinónimo de lucha y a su vez, de asumir y estar en constante búsqueda de superación de uno mismo. El 8 de marzo en este 2019 continúa proponiendo la igualdad de derechos donde el género no se prevalezca como impedimento o excusa para conseguir una mejor calidad de vida para las mujeres, convirtiéndola en una persona acreedora de derechos sobre su cuerpo, su decisión y destino.