El investigador del Centro de Investigación de Honduras, Joaquín Mejía, afirmó que el presidente de Bolivia comete en Bolivia algo mucho más grave que lo ocurrido en esos países centroamericanos, pues éste no solo se valió del Tribunal Constitucional para intentar prorrogarse, sino que desconoció el resultado del referéndum del 21 de febrero de 2016.

Ese jurisconsulto recordó que en el referéndum boliviano, la población fue consultada por proposición del gobierno de Evo Morales, respecto a si el soberano estaba o no de acuerdo con la repostulación de Evo morales y otras autoridades para un mandato más.

Al respecto, el especialista hondureño Joaquín Mejía remarcó que en el caso boliviano la situación es aún más grave, tomando en cuenta que la Constitución establece que la soberanía reside en el pueblo y, por consiguiente, el último que toma las decisiones fundamentales es el soberano.

En ese sentido, cuando se compara a Nicaragua y Honduras, en ninguno de esos países se consultó al soberano, sino que directamente se fue a los Tribunales Constitucionales a reformar de forma ilegal la Constitución. Pero, “En Bolivia, la ilegalidad fue aún mucho más grave porque se le consulta al soberano y como el soberano dice NO, el presidente se va a un tribunal que desafortunadamente dice que sí”, según informa la Agencia ANF.

En esa forma, el caso de la reelección de Ortega es de menor gravedad que el que se quiere cometer en Bolivia, porque Ortega no consultó al soberano ni desconoció ningún referéndum y se limitó a una maniobra legal. En ese sentido, la ilegalidad que se comete en Bolivia es más grave que la que cometió Ortega en Nicaragua, porque Evo Morales, además de desconocer el resultado del referéndum del 21F, consigue el prevaricato del Tribunal Constitucional, que desconoce la decisión soberana del pueblo, establecida por la Constitución.