- RED UNO - Elecciones Judiciales: ¿Qué sanciones tendré si no acudo a votar?
- VISION 360 - Torrico: congreso evista puede "sorprender con lo que quiera", pero sin perjudicar al pueblo boliviano
- El País - La democracia y el TSE
- El País - Mesa advierte que las Elecciones Generales del 2025 "están en riesgo”
- UNITEL - Félix Patzi del MTS no descarta alianza con Andrónico Rodríguez para las elecciones de 2025
- EJU TV - Félix Patzi del MTS no descarta alianza con Andrónico Rodríguez para las elecciones de 2025
- VISION 360 - Cinco claves de los fallos constitucionales que alejan a Evo Morales de la presidencia y del MAS
- El Diario - Pan Bol niega acercamientos con Morales y viejos políticos
Medio: Página Siete
Fecha de la publicación: martes 06 de febrero de 2018
Categoría: Conflictos sociales
Dirección Web: Visitar Sitio Web
Lead
Contenido
editorial
La “guerra digital” está instalada
Y una de las expresiones más recurrentes de esta estrategia en blanco y
negro (sin matiz alguno), es la de que hay que declarar la guerra “a la
derecha”, es decir a todos los que no piensan igual que el poder.
Claro que hay derecha, e izquierda, y centros, y de todo; pero, es
todavía más evidente que el malestar o el desacuerdo por algo o por todo
es un derecho, sin necesidad de ubicación política y menos partidaria.
Por eso, cuando escuchamos decir al Presidente que su (poderoso)
Gobierno se va a preparar para la “guerra digital” y para combatir a la
derecha, que a través de las redes quiere derrocarlo recurriendo a la
difusión de “mentiras”, uno no sabe si reír o llorar.
Es cierto e indiscutible el poder de las redes sociales para difundir
mentiras, rumores, verdades o lo que sea; ergo, las redes multiplican,
difunden más masivamente que cualquier otro medio y, sí, en momentos de
convulsión pueden llegar a ser determinantes. ¿Quién no recuerda las
primaveras árabes? … Pero, ver sólo un lado de la escena es obtuso y
falso: las redes son efectivas difundiendo un malestar, no creándolo de
la nada, y lo que vemos en este momento en el país es que hay
descontento por ciertas actitudes y decisiones que son impuestas o no
son del gusto de muchos. Y son muchos, al parecer.
Por otro lado, quien invierte millones en difusión, en personal y
recursos técnicos para mover corrientes de opinión favorable a sí mismo
es precisamente este Gobierno, que tiene una dirección de redes sociales
y ejércitos de trolls, (además de opinadores) a sueldo que, dicho sea
de paso, son tan mediocres que centran su trabajo en el insulto y la
denigración, y eso no tiene un resultado positivo.
El debate y el disenso son lo más saludable de vivir en sociedad y
democracia; que la gente piense, que opine, que disienta, que critique. Y
que el poder escuche, recoja, analice y tome lo que considere oportuno
para reconducirse. Acá es al revés: hay una sola verdad, y el que no es
parte de ella, es un paria, depositario de los peores impulsos y enemigo
con el que hay que acabar. Lastimosamente, como se ve, llega un momento
en que ese escenario binario cansa y obliga a construir nuevos
discursos. Ojalá.