Medio: Página Siete
Fecha de la publicación: viernes 22 de febrero de 2019
Categoría: Representación Política
Subcategoría: Democracia paritaria
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Últimamente se habla mucho sobre la “ideología de género”, concepto creado y utilizado erróneamente como sinónimo de feminismo o igualdad de género con el fin de atacar los derechos de las mujeres, desde los fundamentalismos religiosos o políticos. Cabe aclarar que género es una categoría de análisis desarrollada por la teoría feminista, tal como lo son la clase, edad o etnia.
Fue Gayle Rubin quien acuñó el concepto de un sistema sexo-género en 1975. Género es la traducción al castellano de la categoría analítica gender (en inglés), que explica la ubicación de mujeres y hombres en la sociedad patriarcal; los unos en lo público, las otras en lo privado; ellos en lo productivo y ellas en lo reproductivo. Desde la visión conservadora y fundamentalista, todo lo que implica salirse de los roles tradicionales, liberar y empoderar a las mujeres lo denominan “ideología de género”, en una gran cruzada contra los derechos de las mujeres.
Según la exintegrante del Comité de la CEDAW, Line Bareiro, amplios sectores políticos y religiosos a nivel mundial se pusieron de acuerdo para descalificar como ideología a la perspectiva de género. Recordemos que Marx denominó ideología a la falsa consciencia; este intento también es un ejemplo más de la posverdad, que según la Real Academia Española es la “distorsión deliberada de una realidad que trastorna creencias y emociones con el fin de influir en la opinión pública y en actitudes sociales”.
Sin embargo, en el documento Los lineamientos interamericanos por la igualdad de género como bien de la humanidad de la Comisión Interamericana de la Mujer (CIM) de la Organización de los Estados Americanos (OEA), la igualdad de género y el empoderamiento de todas las mujeres y niñas del mundo es un objetivo de 193 países del mundo, que lo aprobaron como el quinto Objetivo de Desarrollo Sostenible (ODS) en la Agenda 2030 en 2015.
Es así que la agenda de la igualdad de género es concebida por los instrumentos internacionales como parte central del bien de la humanidad. Por lo tanto, quienes quieren mantener un orden de supremacía masculina, de una división sexual discriminatoria del trabajo y de subordinación de las mujeres han desarrollado formas nuevas de ataque que tratan de impedir que todos los seres humanos tengan derechos y puedan ejercerlos.
Los sectores antiderechos se han unido a manifestaciones fundamentalistas religiosas, principalmente cristianas y evangélicas, en países de la región. Los ataques a la categoría de género utilizan diferentes modalidades, una es el falseamiento de los análisis y propuestas de igualdad. De esa manera, los derechos sexuales y los derechos reproductivos no sólo son atacados, sino abordados como lo malo, lo indeseable, que invalida a otros derechos.
Una parte de dicho discurso tiene razón cuando dice que intenta cambiar estructuras fundamentales de la familia, en el sentido de que la propuesta de igualdad incluye la transformación de la división sexual del trabajo y el cambio de roles.
Así mismo, los ataques a la igualdad de género se unen a las descalificaciones de los derechos humanos, que solamente protegen a los delincuentes, sin importar el esfuerzo de las mujeres por lograr justicia y superar la impunidad de las múltiples formas de violencia.
En una región estructuralmente desigual en la que la desigualdad social y múltiples discriminaciones están naturalizadas, resulta especialmente relevante ampliar el tejido institucional y social de fortalecimiento mutuo para el desarrollo, y avance cultural de la igualdad de género como bien de la humanidad.
Elizabeth Salguero Carrillo es comunicadora social