Medio: El Día
Fecha de la publicación: miércoles 20 de febrero de 2019
Categoría: Debate sobre las democracias
Subcategoría: Repostulación presidencial / 21F
Dirección Web: Visitar Sitio Web
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El Gobierno no halla cómo enterrar para siempre ese fantasma que lo persigue a todos lados, denominado 21F y se inventa todos los días un sepulturero. Por más que lo intenta, no consigue más que fracasos, pues no se trata de cualquier féretro, sino de la mismísima esencia de la democracia, el voto popular, la decisión del soberano, la voluntad de la mayoría, algo que solo una dictadura hecha y derecha sería capaz de perpetrar.
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Los intentos comenzaron con aquel fallo del Tribunal Constitucional que declaró un derecho humano la intención del presidente Morales de convertirse en el monarca de este país, con las prerrogativas de tirar al tacho de la basura la Constitución y por supuesto, los resultados del Referéndum del 21 de febrero de 2016. Ese fallo no cosechó más que burlas en la comunidad internacional, que al Gobierno le interesa mucho, no sin razón, pues de a poco y con paciencia, la diplomacia conseguirá que Maduro termine tras las rejas y seguramente le costará mucho menos hacer lo mismo en Bolivia. De hecho, Nicaragua ya se encuentra en la mira y como punto de partida se encuentra un dictamen de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), que acaba de pronunciarse sobre un asunto calcado del boliviano.
Obviamente todo el esfuerzo que se hizo ante La Haya fue parte de la misma intención sepulturera que usó banderas, desfiles, viajes y muchos millones para armar toda una parafernalia que no solo resultó estéril desde el punto de vista político, sino que enterró para siempre las aspiraciones marítimas del país.
Para salir del trance los operadores oficialistas sacaron de la galera las elecciones primarias, pensando en que un buen “chapuzón” en las urnas llenas y fraudulentas vendría muy bien para echarle tierra encima a los que exigen respeto a la democracia. Ni siquiera los militantes del MAS se prestaron para esa tremenda farsa que puso en vergüenza a los mismos que pensaron que el referéndum iba a ser como desojar margaritas y aplastar para siempre el sistema representativo.
La invitación a la CIDH para que lleve adelante en Sucre una reunión ordinaria, se hizo a sabiendas que el organismo internacional no debía tratar ningún asunto relacionado con el país anfitrión, ni a favor ni en contra y así sucedió exactamente, pese a que en el Gobierno aseguran que lo contrario y en la oposición juran y perjuran que los delegados les guiñaron el ojo como diciéndoles que “ya está todo cocinado”. Ni lo uno ni lo otro, pero lo cierto es que la presión de las plataformas ciudadanas que se volcaron masivamente a la capital de la república, obligó a la comisión a romper el protocolo y a abrir una sesión de audiencias en las que muchos activistas y defensores de los derechos humanos pudieron hacer ver el peligro que enfrenta Bolivia.
Naturalmente, ese no fue más que un golpe mediático y un tremendo revés político para el régimen que pretendía mostrar un “mar de leche”. En Sucre tampoco hubo sepultura y en Oruro, donde han prohibido gritar “Bolivia dijo No”, lo único que van a enterrar será el muñeco del Carnaval luego de tres días de fiesta.
En Sucre tampoco hubo sepultura y en Oruro, donde han prohibido gritar 'Bolivia dijo No', lo único que van a enterrar será el muñeco del Carnaval luego de tres días de fiesta.