Medio: Página Siete
Fecha de la publicación: martes 19 de febrero de 2019
Categoría: Institucional
Subcategoría: Tribunal Supremo Electoral (TSE)
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Esto, decía Brockmann, porque a contramano de lo que cree y práctica el partido oficialista -como lo hicieron en el pasado otras tiendas políticas-, controlar las acciones y decisiones de la entidad electoral solo conduce a una crisis de credibilidad y legitimidad que afecta a todo el sistema de partidos y a la democracia en general.
Por ello, tanto lo que sucede con los miembros del TSE como con las decisiones que adoptan, es motivo de interés y preocupación. La crisis actual, atizada por las renuncias de las principales autoridades electorales (la presidenta, el vicepresidente, una importante vocal, además de un grupo de expertos en informática), nos muestra no sólo la vulnerabilidad de esta institución, sino otros peligros como una mayor injerencia del Órgano Ejecutivo en sus tareas.
Como muestra un botón: rumbo a las elecciones de octubre, el Gobierno aprobó el Decreto Supremo 3781, mediante el que autoriza el desembolso de 7,1 millones de bolivianos para “efectivizar el empadronamiento permanente” en Argentina, Brasil, Chile y España, donde en las últimas elecciones generales (2014) el MAS obtuvo la mayoría de los votos.
En la parte considerativa de la norma se lee: “que en cumplimiento al Programa de Empadronamiento en el Exterior, desarrollado por el Órgano Electoral, se requiere de una asignación presupuestaria adicional que permita efectivizar el empadronamiento permanente en Argentina, Brasil, Chile y España”. En esos países -de 33 Estados donde residentes bolivianos emitieron su voto en los últimos comicios- se concentra la mayor cantidad de electores nacionales habilitados en el exterior (90%). En Argentina, Brasil, Chile y España el MAS ganó en los comicios generales de 2014 con hasta el 92%.
En cuanto este decreto fue aprobado, el TSE comenzó el desplazamiento de cinco comisiones técnicas que se encargarán del empadronamiento biométrico permanente de ciudadanos bolivianos mayores de 18 años, que se encuentran en 11 ciudades de Argentina, Chile, Brasil y España.
La decisión gubernamental y la celeridad con que el TSE se suma a ella, han causado susceptibilidad. Primero, porque cree que no se puede restringir el empadronamiento de bolivianos en el exterior únicamente a estos países y luego porque al hacer de esta forma se puede organizar un fraude. Es temprano para esas aseveraciones, pero no para sospechar del MAS. Recordemos, por ejemplo, cómo en Argentina se utilizaron recursos públicos para hacer campaña por Evo.