Medio: La Razón
Fecha de la publicación: lunes 05 de febrero de 2018
Categoría: Debate sobre las democracias
Subcategoría: Repostulación presidencial / 21F
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Desde su realización hace dos años, el referéndum del 21 de febrero se va convirtiendo en una suerte de dislocación política que se agita, y se prolonga, en torno a los bloques del No y del Sí. El dato inequívoco es que, por estrecho margen, se rechazó en las urnas la reforma del artículo 168 de la Constitución Política. Así, el actual binomio presidencial no podría repostularse en las siguientes elecciones. Siendo claro el efecto de la consulta, el capítulo, lejos de cerrarse, permanece abierto.
Pese a su carácter vinculante, de cumplimiento inmediato y obligatorio, el resultado del 21F continúa siendo objeto de contienda. Y es que si bien la Asamblea Legislativa Plurinacional respetó la voluntad mayoritaria dejando intacto el artículo 168, el oficialismo recurrió a un atajo para insistir en su plan reeleccionista. Hoy está vigente una sentencia constitucional, contra la cual “no cabe recurso ordinario ulterior alguno”, que habilita el derecho sin límite del presidente Morales a ser candidato.
En ese contexto, ¿cuáles son las banderas que se ondean en torno al 21F? Para la oposición política y diversas plataformas ciudadanas autoconvocadas, lo que está en juego es el respeto al voto y, con ello, la defensa de la democracia. “Bolivia dijo no” es la consigna. Las fuerzas oficialistas, en tanto, en clave más bien orgánica, sostienen su derecho constitucional a elegir. Su consigna tiene nombre y apellido: “Evo 2019”. Entre ambos bloques, el del No y el del Sí, no hay puntos intermedios.
Esa dislocación se manifestará este miércoles 21 de febrero. Quienes exigen respeto al 21F prometen marchas y paro cívico nacional. Cuentan a su favor, como antecedente victorioso, con la forzada abrogación del Código de Sistema Penal. Quienes, en cambio, dan por superado el resultado del 21F, declaran que ese día habrá renovada proclamación de la candidatura en cuestión. Ocurrió algo similar el 21F de 2017. Claro que entonces no había fallo habilitante del Tribunal Constitucional Plurinacional.
A reserva de lo que ocurra el 21 de febrero, bajo el imperativo de evitar la violencia, ¿qué sigue? Parece improbable que el gobernante MAS renuncie a su monolítico candidato presidencial. Y es claro que las oposiciones, tan diversas como divididas, no aceptarán otra cosa que la vigencia del artículo 168 constitucional. Lo que sigue, pues, es la prolongación de la disputa política por todos los medios. Y es que el factor 21F, está visto, es el factor Evo. Veamos cómo arribamos al electoral año 2019.