Medio: Ahora el Pueblo
Fecha de la publicación: sábado 16 de febrero de 2019
Categoría: Procesos electorales
Subcategoría: Elecciones nacionales
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Estos eslogans (fórmula breve y original utilizada para publicidad, propaganda política) opositores, cuya repetición constante causó el vaciado de su contenido, mostró la ausencia de un modelo alternativo al actual.
Y cuando algún opositor quiso superar la consigna y articular alguna propuesta, no le fue bien.
Por ejemplo, el año pasado un candidato propuso una ley que garantice el reconocimiento de la separación entre Estado y religión. Dicho planteamiento fue olvidado en pocos días hasta por el mismo proponente.
El mismo postulante, cuando se refirió a su propuesta en el campo económico, manifestó que “no podemos seguir con un rentismo que está haciéndole un profundo daño al país”. Esas afirmaciones causaron polémica así como aclaraciones de uno y otro lado.
Otro postulante (sin mostrar algún estudio serio de respaldo) planteó la consigna de convertir a Bolivia en una República Federal. Esa idea fue archivada y no le sirvió al aspirante para salir del abismo político.
Frente a ese discurso opositor resumido en consignas y lemas, se encuentra la Revolución Democrática y Cultural que tiene entre sus pilares al Modelo Económico, Social, Comunitario y Productivo que recientemente fue reconocido por la prensa internacional, que destacó la estabilidad económica, la acelerada reducción de la pobreza, el impacto de la inversión pública y las políticas sociales para mejorar la calidad de vida de las y los bolivianos.
Por ejemplo, el periódico chileno La Tercera, en un artículo titulado “PIB per cápita de Bolivia se disparó casi 80% y extrema pobreza se redujo a la mitad con Evo Morales”, destacó que “los analistas señalan que su gestión económica (del Presidente boliviano) sobresale entre sus aliados en la región. Bolivia resistió la crisis financiera y el fin del súper ciclo de los commodities, generando un bienestar sin precedentes para el país”.
El impreso chileno añadió que “la pobreza extrema se redujo a la mitad, desde 38,2% a 15,2%; el PIB per cápita aumentó 79% alcanzando los US$ 8.321 y el grupo de ingresos medios se robusteció hasta abarcar al 62% de la población, frente al 35% que registraba en 2005”.
“Estos —indica el medio escrito— son parte de los logros de Evo Morales en Bolivia, el mismo que impulsó un modelo que bien calificaba dentro de los socialismos del siglo XII, pero que a la larga tomó su propia ruta dando como resultado un país más próspero (…)”.
La BBC Mundo publicó el informe “Balance Preliminar de las Economías de América Latina y el Caribe” de la Cepal, en el cual se hacen consideraciones importantes acerca de la deuda pública en América Latina y el Caribe.
La CEPAL destacó el bajo endeudamiento con el que cuenta Bolivia respecto a la región, cuyo promedio para América Latina fue de 41% como porcentaje del PIB, mientras que el dato del país fue de 33%, uno de los más bajos registrados.
La publicación ambito.com no dudó en afirmar que “Bolivia está entre los de mayor expansión de la región” y que “bajó el desempleo hasta el mínimo histórico de 4,2%”.
La comparación entre consignas versus propuestas de país desnuda a una oposición sin plan de gobierno y sin una alternativa viable e innovadora para el país.