“Hoy, de forma expresa ante el Consulado General de Chile, he presentado mi renuncia voluntaria a la nacionalidad que adquirí”, manifestó Salvatierra en una comparecencia en la que no aceptó preguntas.

La legisladora precisó que su padre y su madre, Luisa Herminia Arriaza, de origen chileno, decidieron formar una familia durante el exilio de aquel en la dictadura de Hugo Banzer Suárez (1971-1978) en Bolivia.

Salvatierra también señaló que su madre la inscribió con esa nacionalidad cuando cumplió 14 años y que, aunque esto creó un vínculo jurídico, en los hechos nunca ha ejercicio otra nacionalidad que no sea la boliviana.

“Pido disculpas a mi pueblo boliviano si esto en algún momento generó alguna forma o algún tipo de incomodidad”, agregó.

El asunto salió a luz luego de que se difundiera en redes sociales y en algunos medios de comunicación el origen chileno de Salvatierra, que incluso aparecía registrada en el Servicio Electoral chileno.

Uno de los más duros en cuestionarla fue el excónsul de Bolivia en Chile Freddy Bersatti, al acusarla de haber ocultado su otra nacionalidad, mediante un mensaje en Facebook.

La legisladora de 29 años, perteneciente al gobernante Movimiento al Socialismo (MAS), nació en la región oriental de Santa Cruz y mencionó sentirse “absolutamente orgullosa” de ser boliviana.

Salvatierra ejerce como presidenta del Senado de Bolivia desde enero de este año.

La oposición cuestionó el hecho de que Salvatierra no haya expresado desde un inicio que tenía la doble nacionalidad, aunque le reconoció ese derecho.

El oficialismo expresó en un comunicado su respaldo a la senadora ante lo que consideró un acoso político contra ella por ser “mujer y joven”, con una “campaña malintencionada y mediática de desprestigio personal”.

El canciller boliviano, Diego Pary, manifestó el pasado martes que una persona puede acceder a todas las nacionalidades que pueda y en el caso de Salvatierra siempre se identificó como boliviana.