Medio: La Razón
Fecha de la publicación: jueves 14 de febrero de 2019
Categoría: Organizaciones Políticas
Subcategoría: Democracia interna y divergencias
Dirección Web: Visitar Sitio Web
Lead
Contenido
Ahora que se cierne una larga campaña electoral y su consiguiente organización comienzan a expresarse tensiones internas en distintas organizaciones políticas, que se reflejan en el descontento por la forma cómo fueron elegidos los candidatos, muchos de ellos condicionados por los actores mismos, otros obligados por las circunstancias y otros como resultado de la ausencia de liderazgos alternos.
No son casuales las discrepancias íntimas. Como informó La Razón, el FRI, de Carlos Mesa, acaba de quitarle la confianza a su Vicepresidente debido a que éste expresó públicamente sus discrepancias por la alianza con el expresidente de Bolivia. Hay una corriente que busca expulsar al dirigente en cuestión.
En el PDC, la situación es parecida. Cuando se supo de las elecciones primarias, la diputada Norma Piérola fue una de las aspirantes; al final, la dirigencia optó por el binomio Jaime Paz-Paola Barriga, sin opción a un segundo binomio que pudo competir en las justas de enero. Ahora, la legisladora teme que el partido pierda su personería jurídica al no conseguir una votación mínima necesaria.
En el MNR hubo tres corrientes; la dirigencia se decantó por las candidaturas de Virginio Lema y Fernando Untoja, este último como invitado. Una de las facciones cree que esta tienda política no tiene moral para reclamar democracia en el país si en el mismo partido no la hay.
UN, de Samuel Doria Medina, rompió su alianza preelectoral con Demócratas, de Rubén Costas, al no lograr acuerdos sobre una candidatura bipartidista, situación que causó disconformidad interna. Aquejado además por la renuncia de dos legisladores clave, el partido del empresario se quedó sin participación institucional en las elecciones generales de octubre.
Aparentemente, de las fuerzas políticas, solo Demócratas parece avanzar incólume rumbo a los comicios. En el MAS, si bien no hubo alternativa a Evo Morales-Álvaro García ni fue capaz de construirla antes, también se supone normalidad interna.
Desahuciado el propósito de las elecciones primarias, siquiera las formaciones de oposición pudieron blindar su organización interna. No lo hicieron; ahora que se desvela su crisis, es muy perceptible que no fueron ni son capaces de tolerar discrepancias propias ni consolidar democracias desde el sentido más básico; reproducen los viejos esquemas de nominaciones a dedo, con el riesgo de quedar descolocados en el camino o en los mismos comicios.
Sin embargo, hay tiempo para consensos y el reencauce interno. Perder esa oportunidad de reinvención política puede conllevar decepciones y la postergación de sus aspiraciones de retorno al poder. La democracia se construye en lo más íntimo, no a través de discursos ni en las peregrinaciones mediáticas.